El argentino patiperro que ama y viaja con cinco canes

Por Tebni Pino Saavedra, Viña del Mar.

El argentino Sebastián “el Ruso” Polero, nació en Salto, La Plata, y lleva 10 años recorriendo el sur del continente, los últimos cuatro de ellos en Chile, siempre con su bicicleta y sus 5 perros recogidos que son la razón de su existencia.
“Me cansé de trabajar, trabajar y trabajar sin tener nada que valiera la pena. Ahí decidí dejar todo e irme hasta Comodoro Rivadavia, al sur de mi país y comenzar otra vida” Vida que obviamente, vista desde fuera, parece una locura. Una mochila en la espalda y un par de frazadas eran sus únicos bienes, recorriendo primero su país y luego Chile por primera vez en 2016 cuando ingresa por Puerto Fui hacia Panguipulli.
Patiperro por excelencia, recorre gran parte del sur de nuestro país, para luego reingresar a Argentina hasta que decide recorrer el continente y llegar primero a Perú, luego Ecuador y Colombia donde adquiere su primera bicicleta “con la que recorrí desde Medellín hasta Arequipa, en el Perú”.
Quiso también el destino que su retorno a Chile se dio justamente en inicios de la pandemia “que me favoreció mucho pues me internaron en un hotel sanitario, lo que me garantizaba un buen dormitorio, alimentación y todo lo que no tenía hacía años”. Corría el año 2020 y a partir de ahí nunca más dejó el país.
Y fue en este largo recorrido del país que comenzó a recoger perros abandonados que hoy lo acompañan en una especie de carrito que tira con su bicicleta y que son la razón de su vida.
Perros patiperros
Aunque parezca absurdo sus perros son también mochileros y patiperros como él. Carnaza, Chimistrufia, Vicky, Vero y ahora la Pupy, la última integrante del grupo. La Rubia Mochilera, otra de sus perritas, no ladra, come ni duerme. Y es precisamente aquí donde el amor por sus animalitos se muestra en toda su dimensión. Ya fallecida, sus cenizas las lleva consigo en un ánfora de madera pues, somo dice, “mis perros son todo lo que tengo y a ellos me debo al 100%”.
Pero, ¿ cómo lo hacía sin un techo donde descansar con su prole? Quiso nuevamente la suerte de conseguirse una casa abandonada donde desde hace pocos días pudo establecerse. “Antes -cuenta- armaba mi carpa en cualquier lugar donde no fuera molestado o retirado por la policía”. Y debe ser la misma estrella de la suerte la que lo acompaña desde que decidió hacerse cargo de sus perros pues no es raro que consiga alimento para ellos.
Personas sensibles a su entorno o bien tiendas de productos para mascotas han sido su salvación pues su actividad se resume básicamente a mostrar sus habilidades circenses en semáforos de alto tráfico “donde con suerte muchas veces consigo algo para alimentarlos pues, te reitero, ellos son mi prioridad”.
Antes de emprender su tradicional pedaleo por las calles de Viña del Mar, Sebastián recibe de una señora un par de billetes que simplemente lo emocionan. “Me mataste”, dice, con lágrimas en los ojos y agrega: Quienes quieran apoyarme, pueden entrar al Instagram de mis perros: cach.irub322. “Si poh… en estos días de redes sociales e internet, bien vale la pena estar conectados con todo el mundo”.