
El expresidente de Bolvia, Evo Morales, resultó ileso en un atentado perpetrado contra su camioneta en la que era trasladado en una ruta en Cochabamba esta mañana, junto a su chofer y una asistente.
La acción causó el repudio internacional y la solidaridad contra el exmandatario que es perseguido por el gobierno del Presidente Luis Arce.
Evo expuso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la situación que atravesó: «Denuncio de manera urgente ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ante la Secretaria Ejecutiva de la CIDH, TaniaReneaum, ante José Luis Caballero Ochoa, Relator para Bolivia (CIDH), que agentes de élite del Estado Boliviano atentaron contra mi vida el día de hoy», señaló a través de su cuenta de X.
Agregó que ello ocurrió «mientras el Gobierno reactiva operaciones conjuntas entre fuerzas policiales, militares y paramilitares para dirigir la represión y atentar contra la vida de hermanas y hermanos en los puntos de bloqueo y protesta social».
Morales pidió «que se active el Artículo 41 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos por el riesgo al derecho a la vida y que se haga una visita de trabajo con carácter de urgencia a nuestro páis».
Los hechos
Una comitiva de dos camionetas se desplazaba durante la mañana de este domingo en una ruta de Shinahota, Cochabamba, cuando un grupo de sujetos armados atacaron los vehículos, resultando el conductor de Morales con lesiones en su cuero cabelludo, y la máquina, una camioneta, recibió 14 impactos de bala.
Tras el incidente, los autores se refugiaron en una unidad militar, donde un oficial relató que «los pacos», como se les llama a los policías, llegaron en vehículos y huyeron en helicóptero.
El Movimiento al Socialismo, MAS, fundado por el expresidente, denunció el intento de magnicidio contra Morales y responsabilizó directamente al presidente boliviano Luis Arce, señalando que «este no es un acontecimiento aislado, es la demostración evidente que estamos ante un gobierno fascista que no duda en atentar contra la vida de un expresidente».
El Grupo de Puebla pidió una «investigación promovida desde el gobierno» para «conocer la verdad sobre este trágico hecho», mientras que la expresidenta argentina, Cristina Kirchner expresó su «solidaridad con el expresidente Evo Morales», al tiempo que pidió al actual gobierno «adopte todas las medidas necesarias para garantizar su seguridad e integridad física».
En la misma línea, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, señaló: «Expreso toda mi solidaridad a Evo, el fascismo asciende en toda América Latina. Ya no es solo la eliminación jurídica, ahora pasan a lo de siempre: la eliminación física de quienes piensan diferente».