Por Cristina Girardi, ex Diputada PPD
Cría cuervos y te sacarán los ojos. Esto me recuerda claramente toda esta discusión que se está dando hoy día con respecto a las universidades: El sueldo de Marcela Cubillos, Chadwick renunciado, el fiscal guerra renunciado, la Universidad San Sebastián cuestionada.
Me recuerda la discusión que tuvimos durante la reforma universitaria, donde yo sostenía que no teníamos que financiar como Estado a las universidades privadas.
El deber del Estado era financiar las universidades públicas, que la reforma universitaria más importante del gobierno de Michelle Bachelet -la más importante de todas las reformas- no tenía que ser financiar a las universidades privadas, sino financiar a las instituciones públicas. Esto era fundamental si queríamos cambiar el curso de lo que venía ocurriendo con la educación superior en Chile.
Sin embargo, la elección del gobierno de Michelle Bachelet, de la ministra de Educación Adriana del Piano, quien en ese minuto encabezó la reforma, fue claramente seguir con la política del voucher. Se decía, claramente, que las universidades privadas y las universidades públicas seguirían siendo la misma cosa, no vamos a cambiar, nada no vamos a financiar las universidades públicas sino que vamos a seguir subvencionando a toda la educación sin distingos.
Cuando le planteamos este tema a la ministra Del Piano, que no podíamos seguir financiando a las universidades privadas de la misma manera que a las universidades públicas, ella dijo que iban a generar barreras de entradas muy muy exigentes para impedir «que se colaran universidades privadas» y resultó que la primera en colarse -ustedes lo recordarán- fue la Universidad Mayor. La ministra afirmó entonces: «Se nos coló» y le dijimos se te van a colar todas y vamos a terminar repartiendo los pocos recursos públicos que tenemos con las universidades privadas en desmedro de las universidades públicas y la gran reforma de la educación superior en Chile va a ser un fracaso.
No toda la responsabilidad, en todo caso, fue de la ministra Adriana del Piano. Los rectores también tuvieron su parte de esa responsabilidad. Recuerdo que algún rector de universidad pública, cuando nos exigían que financiáramos a las universidades privadas igual que las universidades públicas, se me acercó un día y me dijo, «por favor, Cristina no sigas porque si no tenemos a la Universidad Católica con nosotros no vamos a lograr sacar adelante esta reforma. Por favor no sigas insistiendo» me dijo este rector.
Yo no hubiese tenido ningún reparo, efectivamente, en incorporar a las universidades tradicionales privadas dentro de la reforma, porque me parecía que tenían trayectoria, que no habrían robado como han robado las universidades privadas, pero todas quedaron otra vez en el mismo saco, otra vez nos sacaron los ojos, así que no lloremos, que en cría cuervos tiene que saber cuáles son las consecuencias. Y esta es nuestra responsabilidad.