Yáñez y su renuncia: «Por respeto a mi uniforme no voy a presentarme en audiencia de formalización en servicio activo»

El Director General de Carabineros de Chile, Ricardo Yáñez, presentó su renuncia al cargo en medio de crecientes presiones internas y externas hacia la institución. La salida de Yáñez, quien había asumido la dirección en noviembre de 2020, marca un hito importante en la crisis que atraviesa la policía uniformada del país, tanto por su impacto institucional como por los desafíos que plantea para su futuro inmediato.

Motivos de la renuncia

El general Yáñez dijo al salir de La Moneda esta tarde que renunció «por un tema de convicción personal, de que frente a la inminente audiencia de formalización que se va a desarrollar el día 1 de octubre, jamás habría pensado ir como general director, en mi condición de general director».

El próximo martes el ahora ex director de carabineros será formalizado por el delito de omisión de apremios ilegítimos con resultados de lesiones y homicidio.

«Yo por una convicción personal no voy a presentarme a una audiencia de formalización como general director de servicio activo por respeto a mi uniforme», afirmó.

Luego sostuvo que «creo que el respeto hacia la institución, hacia mis carabineros, hacia el uniforme que porto, me obligan a tomar esta decisión, que por cierto duele, pero por cierto que también es un deber cumplirla por cuanto este uniforme se debe honrar y dignificar, y es mi obligación cuidarlo».

Agradecimiento al Presidente

El ex director comenzó sus palabras ante los periodistas diciendo que «yo, con el Presidente de la República he tenido desde el primer día una relación que ha sido de suma franqueza, con una comunicación permanente. Él fue el que me ratificó en mi cargo y quien me permitió desarrollar durante estos cuatro años el proceso de modernización».

Además, destacó «el apoyo que me ha brindado durante esta gestión» y también la «buena disposición hacia mi persona, no solamente respetándome como general director, sino también por la institucionalidad que represento».

Finalmente, Yáñez afirmó que «la institución debe continuar. Creo que tenemos un alto mando donde existen las personas que pueden dar continuidad a un proceso que creemos que es exitoso. Creemos que le país más que nunca necesita estabilidad de continuidad».

La presión era insostenible

Aunque Yáñez sólo detalló públicamente la razón de la formalización para renunciar, fuentes cercanas a la institución apuntan a varios factores clave. Entre ellos destacan la creciente presión social por reformas profundas a Carabineros tras los escándalos por violaciones a los derechos humanos durante las protestas sociales de 2019 y la falta de avances sustanciales en la modernización de la fuerza policial. A esto se suma la baja en la aprobación ciudadana y los problemas internos de gestión, que han debilitaron la confianza en el liderazgo de Yáñez.

A lo largo de su mandato, Yáñez enfrentó críticas por la manera en que la institución manejó el orden público y los esfuerzos por reformar su estructura. Su liderazgo fue particularmente cuestionado en medio de las constantes denuncias de abuso policial y la poca transparencia en la rendición de cuentas.

Consecuencias para la institución

La renuncia del director general añade un nuevo episodio de inestabilidad en una institución que ha vivido múltiples crisis en los últimos años. La salida de Yáñez puede abrir la puerta para una reestructuración más profunda de Carabineros, una demanda que ha sido reiterada por organizaciones de derechos humanos, sectores de la oposición política y parte de la ciudadanía. Sin embargo, también genera incertidumbre sobre la continuidad de las reformas iniciadas bajo su mandato.

Expertos advierten que la renuncia podría desacelerar las transformaciones necesarias para mejorar la credibilidad de Carabineros. Además, plantea interrogantes sobre el futuro de la institución en medio de un contexto de creciente inseguridad pública en el país.

Sucesor y desafíos

Tras la renuncia de Yáñez, el gobierno anunció que el general Marcelo Araya, quien se desempeñaba como subdirector de la institución, asumirá el cargo de Director General de Carabineros. Araya, con más de 35 años de carrera, ha sido un fuerte defensor de las reformas internas y tiene un perfil más conciliador, según fuentes del Ministerio del Interior.

El desafío más inmediato para Araya será estabilizar la institución y continuar con el proceso de modernización, al mismo tiempo que enfrenta la desconfianza pública y la presión de diversos sectores para acelerar las reformas. Además, deberá gestionar una organización fragmentada internamente, con una alta rotación de mandos y una creciente frustración entre las filas de Carabineros.

La renuncia de Ricardo Yáñez abre un capítulo crítico en la historia reciente de Carabineros de Chile, una institución que sigue en el centro del debate sobre la seguridad pública y la necesidad de reformas profundas para recuperar su legitimidad ante la ciudadanía.