La presidencia de la Cámara y el PC

Columna

Dos agrupaciones políticas, una en descomposición acelerada, el Partido Demócrata Cristiano, y la otra, un conglomerado indefinido doctrinariamente que se autocalifica De la Gente, acaban de abonar el callejón de la basura política del país. Su negativa a cumplir los acuerdos previos sobre la Presidencia de la Cámara de Diputados para la diputada comunista Karol Cariola, no tiene más explicación que la ausencia de sentido democrático, y una mirada instrumental de la política que ayude a transitar el día a día en un sistema que se vuelve cada vez más éticamente miserable.

En el caso de la DC , su justificativo de defender a Sergio Micco de las querellas por supuesto encubrimiento de delitos de Derechos Humanos impulsadas en su contra por militantes comunistas, no puede ser más banal y falsa. Quienes conocemos y admiramos la vida política y la pureza doctrinaria de Micco sabemos que una imputación de tal naturaleza es no solo grosera, sino que también poco o nada tiene de razonamiento jurídico o lógica humanista de parte de quienes la impulsan, y está destinada al fracaso.

También estoy seguro, y pienso que Sergio Micco comparte mi opinión, la igualación tramposa de cosas esencialmente diversas, como imputaciones de delitos de DDHH y la Presidencia de la Cámara, no es admisible en una democracia sana.

El pretexto de la DC de no votar por Cariola, no es otra cosa que eso, pretexto político, para intentar sacar un provecho de su fuerza política parlamentaria, castigando a un adversario de toda la vida, el PC. Pero para hacerlo, eligen de pretexto a Micco de un modo avieso, cuando en realidad tienen ahora otras necesidades y no les cuadra cumplir la palabra empeñada junto al PC. Independientemente de lo que implique para la creación de confianza en una democracia.

La postura del Partido de la Gente es algo diferente. Es un No-partido en muchos aspectos, para usar un concepto de Byung Chul Han. Incluido el no- domicilio y la no- candidatura presidencial reales de su líder, desde hace años viviendo en Estados Unidos, pero con domicilio en internet. Su surgimiento tiene elementos doctrinarios difusos y de tono populista con afirmaciones que adulan el oído común de las personas. Si ánimo de ser peyorativo, no recuerdo mejor frase para describirlos que la ironía de un viejo político mexicano para con otro partido de ese país: “con poquitas ideas, pero eso sí, bien confusas”.

Ambos partidos se declaran demócratas. Pero pocos entienden en qué ayuda a la democracia en Chile marginar partidos, incluido el PC. Los partidos y movimientos que participan de las reglas y el juego democrático, con legitimidad electoral del pueblo soberano, tienen todos los mismos derechos y obligaciones. Y en una democracia plural como la nuestra, siempre de acuerdos difíciles para alcanzar mayorías, la palabra empeñada juega un rol esencial para construir confianza e instituciones.

Si a alguien lo marginan, es dable esperar que este no tenga mayores alicientes a la racionalidad participativa. A eso llamé La Democracia a Palos en una columna anterior, y lo vuelvo a reiterar. El PC debe acoplarse a los modos políticos e institucionales de la sociedad chilena, pero si estos consisten en segregar e incumplir lo que se promete en un acuerdo del cual fueron parte, ¿Qué les queda por hacer?

En Democracia, nadie sobra. También nadie tiene el derecho de humillar a un partido que juega de manera legal y legítima en ella. Hacerlo es sembrar odio para cosechar tempestades. No comparto para nada la ideología comunista ni la vida de iglesia que promete el PC, pero lo quiero del lado de la democracia y del humanismo, contagiado de responsabilidad democrática y no de rencor.

Acerca de Santiago Escobar 50 Articles
Abogado, analista político y experto en temas de seguridad.