Sus méritos históricos prevalecen con creces, a pesar de la impopularidad o la indiferencia entre los rusos, que no le perdonan el derrumbe de la URSS.
Hoy, muchos analistas opinan que incluir las tierras occidentales en Ucrania, que nunca pertenecieron ni al Imperio Ruso, ni al mundo de la cultura rusa, fue un gran error político de Stalin.