La guerra de Ucrania, una perspectiva histórico cultural

Análisis

La Guerra en Ucrania llena los titulares de los periódicos del mundo. También los de Chile. Es, desde una perspectiva comunicacional, no una guerra local sino, además, una guerra mundial. Lamentablemente la información se presenta de una manera sesgada y unilateral, enfocada desde los prejuicios y – en muchos casos- desde una doble moral.

Antes de emitir juicios sobre este o cualquier otro conflicto, especialmente si son complejos, sería necesario mostrar la información completa y equilibrada de los actores en conflicto. Comprender sus antecedentes, sus intereses geopolíticos y económicos y sus determinaciones y culturales. Al identificar así los actores involucrados se puede comprender los intereses en juego y los objetivos de cada uno de ellos y las consecuencias probables del conflicto. En este caso, no solamente para Rusia o Ucrania, sino para Europa, Asia y todo el mundo.

  • Hoy, muchos analistas opinan que incluir las tierras occidentales en Ucrania, que nunca pertenecieron ni al Imperio Ruso, ni al mundo de la cultura rusa, fue un gran error político de Stalin.

En la zona de guerra, básicamente el territorio de Ucrania, hay tres choques que corren simultáneamente: 1) La guerra civil; 2) El enfrentamiento militar entre los ejércitos aliados (de la Federación Rusa y las repúblicas de Donetsk y Lugansk) y el ejército de Ucrania; y, 3) El roce diplomático militar de occidente unido contra Rusia, especialmente de la OTAN.

En cuanto a la guerra civil, ella está estructuralmente relacionada con los problemas de la autoidentificación étnica y cultural de los ucranianos, que es casi imposible sin al menos una breve digresión histórica. A lo largo de casi 800 años el territorio actual de Ucrania estuvo bajo el control de Lituania, Polonia, Rusia, el Imperio Otomano, el Imperio Austro-Húngaro. El estado de Ucrania aparece en el mapa político del mundo, tal como lo percibimos hoy en día, solo en el año 1918, como resultado de la Primera Guerra Mundial y la interacción de esta con la Revolución Rusa y su guerra civil, que dieron origen a la URSS. En 1922, cuando termina esa guerra civil, Ucrania forma parte de la URSS como República Socialista Soviética de Ucrania.

Pero los territorios ucranianos occidentales siguieron siendo áreas de Polonia, Rumania y Checoslovaquia. Solamente en el 1939, pocos meses antes de la Segunda Guerra Mundial, según los acuerdos entre la Unión Soviética y Alemania, Ucrania Occidental polaca fue ocupada por el Ejército Rojo y anexada a la República Socialista Soviética de Ucrania. En 1940, por el acuerdo con Rumanía, parte del territorio rumano poblado por ucranianos étnicos, pasó también a la Ucrania soviética. La región de Transcarpacia, antes dividida entre Rumania y Checoslovaquia, se hace parte de Ucrania recién en 1945.

La primera conclusión es que la Ucrania soviética, unida y creada con el impulso de la URSS no representaba una unidad cultural ni lingüística, ya que siempre estuvo dividida entre diferentes imperios de Europa. En este sentido es, geopolíticamente hablando, una especie de Estado patchwork.

Hoy, muchos analistas opinan que incluir las tierras occidentales en Ucrania, que nunca pertenecieron ni al Imperio Ruso, ni al mundo de la cultura rusa, fue un gran error político de Stalin.

En materia de idioma, las regiones del Este y del Oeste del país difieren notablemente. Existe una lengua ucraniana oficial. Es la lengua de la literatura, de los medios de comunicación, de los documentos oficiales. Pero la diferencia entre el idioma del este y del oeste de Ucrania es similar a la que existe entre el español y el portugués. Históricamente casi toda la población del este de Ucrania habla ruso. Al contrario, el idioma de Ucrania occidental se desarrolló bajo la fuerte influencia de los idiomas polaco y rumano. La diferencia es tan significativa que un residente común de Donbass, por ejemplo, posiblemente no entienda a un residente de Transcarpacia. Cabe agregar que muchos políticos ucranianos de Kiev cuando empiezan a hablar lo hacen en ucraniano, pero rápidamente pasan al ruso como un idioma más familiar y más cómodo para expresarse de manera integral.

Los resultados de una encuesta del Instituto Ucraniano de Sociología de la Academia Nacional de Ciencias muestran que entre el 43 y el 46% de los ucranianos utiliza el ruso para comunicarse en su domicilio. Es así, el mayor grupo lingüístico de Europa cuya lengua no está reconocida como lengua oficial en su país. Según el mismo instituto, cerca del 50% de los encuestados opinan que el ruso debería ser la lengua oficial en Ucrania.

Aún más reveladora es una encuesta realizada por Gallup en 2008. Se preguntó a los encuestados de nueve antiguas repúblicas soviéticas en qué idioma preferían ser entrevistados. Se ofrecieron varias opciones, entre ellas el ruso. En Ucrania, el 83% de los encuestados prefiere el ruso.

Al mismo tiempo, algunas regiones del país son casi totalmente ruso parlantes, como República de Crimea (97%), la Región de Donetsk (93%), la Región de Luhansk (89%),la  Región de Dniepropetrovsk(72%.) la Provincia de Zaporizhzhya (81%), la Región de Odessa (85%),la Región de Kharkiv (74%.), la Región de Nikolaev (66%). En las regiones del este y el sur de Ucrania, el ruso es la lengua preferida por el 85-90% de la población. Es la lengua cultural de la población y siempre lo ha sido, desde el Imperio Ruso. Según datos de 2012, en Ucrania el 60% de los periódicos, el 83% de las revistas y el 87% de los libros se publicaban en ruso y el 72% de los programas de televisión también estaban en ruso.

Algo similar pasa con la Religión. Históricamente en las tierras que formaron parte del Imperio Austro-Húngaro y Polonia, se estableció el catolicismo, el que sigue siendo la religión dominante en estas regiones. La población del centro, sur y oriente de Ucrania son cristianos ortodoxos.

En un escenario como el descrito, al cual se ha sustraído todo lo relativo al desarrollo económico por requerir de un tratamiento más extenso, en otra columna, no se puede simplemente aplicar la conclusión binaria oriente versus occidente, con la cual la prensa, en general, simplifica el tema.

Tampoco se puede omitir el hecho de que, en muchos aspectos, incluidos aquellos políticos y de identidad nacional, Rusia siente que tiene un compromiso con las repúblicas populares y los territorios calificados como pro rusos.

*Historiadora

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