Por diversas circunstancias, la Región de Valparaíso llega a la próxima elección con un cambio total en materia de senadores y un enorme déficit de liderazgo de recambio.
Francisco Chahuán no puede ir a la reelección por ley electoral, y su compañero de lista en la elección pasada, Kenneth Pugh, desistió de ella por su notoria ausencia electoral.
Al otro lado, Juan Ignacio Latorre recibió un sobre azul como senador de parte del FA y competirá para diputado por el Distrito 6. Ricardo Lagos Weber al igual que Chahuán no se puede reelegir por ley, e Isabel Allende, defenestrada de su cargo por el Tribunal Constitucional, fue reemplazada por un diputado socialista que en calidad de poste marcará el sitial mientras se buscó un candidato útil para intentar reemplazarla. Un cambio 5.0
La correlación actual 3/2 a favor del oficialismo está en duda. Como lo está la correlación inversa 3/2 a favor de Republicanos/Nacional Libertarios más Chile Vamos a partir de noviembre. La razón fundamental en la derecha es que no hay herencia o transferencia en Chile Vamos para los votos de Francisco Chahuán. Toda la derecha pelea por ellos.
Lo probable es que la primera opción senatorial del bloque la tenga Arturo Squella, presidente de Republicanos; y la segunda Andrés Longton, el chico reality de RN. María José Hoffman llegaría en tercer lugar, reproduciendo su mala perfomance en la elección de gobernadores donde perdió ampliamente en segunda vuelta.
En el oficialismo, aunque debilitada por el affaire chino, Karol Cariola figura aún como la candidata más fuerte de la lista, pese a haber perdido terreno. El segundo lugar será una disputa ácida entre Diego Ibáñez y José Miguel Insulza. Este último traído desde el norte para ganar por ser figura nacional, llegue probablemente tercero en su lista. Tiene pánico escénico en materia de competición electoral, viene precedido de mala aprobación regional desde Arica, y rápidamente se desmotiva y pierde los estribos. Lo que no está recomendado en una Región que no le gusta el turismo electoral, algo que le pasó la cuenta a Iván Poduje en la pasada elección de alcalde en Viña del Mar.
El quinto cupo senatorial aparece abierto, como una opción hacia el centro, que será definida por la calidad de los competidores y su postura frente a la Región. El FRVS y Acción Humanista, independizados de los partidos tradicionales del oficialismo, inscribieron a German Correa como senador. De clara identidad de centro izquierda, amplia inserción profesional y docente en la Región, muy autónomo frente al centralismo santiaguino y de amplio conocimiento nacional, parece una buena opción para crear la representación regionalista y transversal que necesitaría Valparaíso. ¿La edad? Mejor juzgue usted mismo la lucidez y energía de un viejo joven.
La alternativa del quinto cupo está en que uno de los dos bloques doble en las sub listas. Un segundo del pacto Republicano o un segundo del pacto Chile Vamos, por una parte; o que el oficialismo tradicional logre elegir tres, lo que se ve muy difícil. La opción del quinto parecer estar fuera de los partidos tradicionales.
Este cuadro por cierto es muy especulativo y preliminar, y se encuentra en pleno desarrollo. Nada impide que aparezca un fenómeno de lista, o un hecho que capture la atención de ese centro huérfano de representación política que hay entre un oficialismo clientelar y un nacionalismo conservador y autoritario, y que parece ser el escenario transversal de quiénes aspiran al quinto cupo senatorial.
Por el momento, el hecho político más relevante de las dos últimas semanas fue el desafío parlamentario levantado por los partidos FRVS y Acción Humanista, a los partidos grandes de su coalición. Algo inédito en un sistema político empobrecido por malas prácticas y el clientelismo, y que emerge como una lección de dignidad y renovación ante el vasallaje que exigen a veces los gobernantes.
Lo malo del momento es la reacción vengativa y casi histérica del presidente de la República Gabriel Boric de expulsar del gobierno a Esteban Valenzuela, ministro de Agricultura y único representante de ese partido en el Gabinete. El abrazo final entre Valenzuela y Boric, al momento del ceremonial de despedida, queda como ejemplo patente de la templanza de uno que sale por retaliación, y el fariseísmo del primer mandatario ante los hechos, incapaz de asumir el significado de sus hechos.