Salud para todas: las deudas en género y salud

Por Andrea von Hoveling, Sociedad de Ginecología Infantil y Adolescente.

El pasado 7 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Salud. En el 75° aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se buscó alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de “Salud para todos”. Sin embargo, las cifras demuestran una deuda en materia de salud sexual y reproductiva en mujeres.

Según datos de la OMS, cada día cerca de 830 mujeres fallecen por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto; la mayoría de las personas que viven con VIH son mujeres; y las enfermedades no transmisibles, como el cáncer de mama, son la principal causa de muerte en el sexo femenino.

En cifras del Ministerio de Salud, las infecciones de transmisión sexual (ITS) aumentaron entre 2017 y 2021. Además, según ONUSIDA Chile, el 54% de todas las personas que vivían con VIH en 2021 eran mujeres y niñas.

Durante las relaciones sexuales, a nivel vaginal la mujer tiene el riego de sufrir pequeñas lesiones que no dan síntomas. Los fluidos sexuales dentro del cuerpo de la mujer significan más riesgo de adquirir infecciones de transmisión sexual como el VIH. Además, hay relaciones de dominación hacia la mujer donde no pueden ser libres sobre su cuerpo para elegir usar preservativos. La violencia en el pololeo es un ejemplo.

Según la OMS, durante 2015 cerca de 18,9 millones de defunciones de mujeres fueron por enfermedades no transmisibles, las cuales son de larga duración, lenta progresión, que no se resuelven espontáneamente y que rara vez logran una curación total.

Como muestra el Ministerio de salud, destacan las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. Algunas de estas patologías son prevenibles con estilos de vida saludables.

La prevención del cáncer cérvico uterino tiene tres ejes: vacunación, que ya está garantizado por el Estado desde 2014; el uso de métodos de barrera como el preservativo; y el control de salud ginecológico una vez al año, sobre todo si hay que retomar los controles atrasados.

El cáncer de mama no es previsible porque depende de muchos factores. Sin embargo, hay cosas que podemos hacer por nuestra salud: no fumar, reducir el consumo de alcohol y tener una dieta saludable. Además de esto, es clave realizarse una mamografía anual desde los 40 años no para prevenir el cáncer, sino para detectarlo de forma precoz y aumentar las probabilidades de que el tratamiento sea exitoso.

La principal deuda que tenemos es la educación sexual para prevenir embarazos en la adolescencia. Si la educación sexual entregara herramientas para el autocuidado, fuera adecuada y precoz tendríamos una tasa más alta de uso de métodos anticonceptivos. Así también los y las adolescentes sabrían sus derechos y podrían ejercerlos. Por ejemplo, la ley 20.418 que consagra que, independiente de la edad, se puede asistir a una consulta para acceder a métodos anticonceptivos en forma confidencial.

La falta de espacios seguros para dar confianza a las jóvenes de adquirir métodos anticonceptivos es una realidad, pues muchas veces no acuden a consultorios por vergüenza o miedo a encontrarse con alguien conocido, tampoco compran condones porque se sienten expuestas. Hay que avanzar para que esto cambie.

Andrea von Hoveling, es doctora, ginecóloga pediátrica, especialista en maternidad y salud reproductiva. Directora de la Agrupación Ginecólogas Chile. Miembro de la Sociedad de Ginecología Infantil y Adolescente.