En los últimos meses productos de todo tipo han encogido sus porciones, pero el precio es lo único que se mantiene, son consumidores de todo el mundo quienes han sentido los efectos de estas reducciones.
Es lo que se conoce mundialmente como la “reduflación” o “shrinkflation” en países de habla inglesa, un acrónimo de “shrink”, que significa reducción, y “flation”, referido al proceso de inflación.
El concepto de “reduflación”, como se dice en español, corresponde a una tendencia que en tiempos de inflación permite a los productos no subir sus precios.
Jabones con menos gramaje, snacks con menos unidades, combo con menos papas fritas, rollos de papel higiénico más cortos, hamburguesas más pequeñas, etc.
Para el consumidor el problema no es el tamaño sino el precio, incluso a veces puede hasta afectar la calidad de los productos, bajando costos a la producción con fin de no subir los precios al consumidor.
No hace mucho tiempo, en el Congreso Nacional se discutía una ley que buscaba fiscalizar el “aire” al interior de las bolsas en que vienen las papas fritas, acusando un engaño al consumidor por su aparente tamaño.
Se trata de un oficio al Sernac ingresado por los diputados Cristhian Moreira y Enrique van Rysselberghe, en que se busca que el organismo estudie los envases de snacks y otros alimentos, a fin de verificar si estos contienen de forma efectiva la cantidad de producto señalada.
Pero no solo en Chile este recurso de la industria ha llamado la atención. En los Estados Unidos y en el Reino Unido, en se han reducido sistemáticamente diversos productos.
Expertos aseguran que el fenómeno es evidente en snacks, frituras, cereales, aceites, atún, aceitunas, suavizantes de tela, detergentes y refrescos, entre otros.
Ajustes de tamaños
En Chile los cambios en las porciones de los productos que todo consumidor compra han pasado desapercibidos, en agosto del 2022 dos grandes marcas de papel higiénico anunciaron cambios en sus parámetros.
En el pasado, el Confort doble hoja, de 30 metros y 264 hojas fabricado por CMPC Tissue S.A. (actualmente Softys), tenía un largo de 11,5 cm y 9,5 cm de ancho por hoja.
Ahora, dicho producto Confort mide 11,7 cm de largo y 9,2 cm de ancho. Reduciendo el producto en 3 milímetros de ancho, manteniendo el mismo costo y el largo medido en metros.
De igual manera, el papel higiénico de Favorita, fabricado por SCA Chile S.A. (actualmente llamada Essity), el rollo de 28 metros de largo y con 255 hojas, reduciendo 1 milímetro el ancho por rollo.
Mientras la “reduflación” se avanza con fuerza en el papel higiénico, también lo hace en la industria alimentaria, en el chocolate Toblerone, lo que solía ser una barra de 400 gramos, pasó a pesar 360 gramos, y la de 170 gramos bajó a 150 gramos.
Asimismo, la marca Cadbury redujo el tamaño de sus barras de chocolate Dairy Milk en un 10%, sin hacer rebajas en los precios a consumidores de todo el país.
Lo que dice la Ley
En nuestro país, la legislación exige que al consumidor se le informe los gramajes de cada producto que compra en comercio establecido, indicando que la estrategia de la “reduflacción” no es ilegal, siempre y cuando exista esta información en el etiquetado.
Hernán Calderón, presidente de Conadecus afirma que estas acciones se llevan realizando desde el comienzo del proceso inflacionario.
“Las mermeladas ya no son de 250 cc; claro, uno siempre estuvo acostumbrado a esa medida, pero ahora hay algunas de 200 y 180 cc”, sostiene Calderón.
Por otro lado, el presidente de la Corporación declara “el consumidor tiene que fijarse y comparar el precio y cantidad con el producto que tradicionalmente consumía”.
Verifiquemos las porciones y los precios
Verificar las porciones de los productos es imprescindible al momento de planificar la economía familiar, comparando el precio por unidad de medida (PPUM).
En 2003 entró en vigencia una norma que estableció la obligatoriedad de implementar esta información en los artículos que comercializan los supermercados, siendo visible en la etiqueta de precio y la información del envase
Esta información nos permite comparar el precio por kilo, litro o dimensiones entre productos de distintas marcas o formatos.
Desde Conadecus destacamos la obligación que tienen los supermercados de informar a los consumidores el PPUM, junto con el valor de venta de cada uno de los productos disponibles.