Otra vez los notarios

Columna

Hace algunos días, un reportaje del canal de televisión  MegaTV volvió a poner como tema el ya manoseado asunto del cobro que realizan las notarías por los trámites que se hacen en ellas.

Con el apoyo de Claudio Agostini como economista experto y el informe de la Fiscalía Nacional Económica, se pretende sostener que las notarías abusamos de nuestra “condición monopólica” y no nos ajustamos al arancel de precios establecidos en el Decreto del Ministerio de Justicia que regula la materia.

Argumentos tan poco serios y la persistencia de insistir sobre ellos y salir cada tanto a reiterarlos solo nos hacen pensar en acrónimo la famosa frase de Bombo Fica, SLH, que para qué vamos a repetir entera aquí.

Solo me enfocaré en estos dos temas. Resulta raro que tanto Agostini experto en regulación antimonopolios y la Fiscalía Nacional Económica sostengan que el rubro de las notarías constituyen un monopolio. Debo decir que hay más de cuatrocientas notarías a lo largo del país. Cerca de 50 en el centro de Santiago, una cada tres o cuatro cuadras a lo largo de Gran Avenida desde el paradero Uno, sin perjuicio de las que se están creando en cada comuna de Santiago y a lo largo del país.

El Monopolio, sabemos, se presenta cuando hay un solo oferente de un producto o un servicio, oligopolio cuando son pocos oferentes. En el rubro notarial la oferta por este servicio es múltiple, además no forman parte de una cadena y la propiedad del cargo y del oficio es de cada notario. No hay vínculos entre las notarías que puedan indicar siquiera sospecha de colusión, así que desde la perspectiva antimonopólica no se nos puede acusar de nada al respecto. Es sólo efectismo.

En cuanto al arancel de precios sobre al que majaderamente se insiste que debiéramos ajustarnos, majaderamente hemos dicho que su desactualización rebasa cualquier límite tolerable dado que está fijado en pesos del año 1998. Han transcurrido 24 años desde que se estableció y sin embargo se pretende que nos ajustemos a él como si nada hubiere pasado desde esa época.

En el reportaje, Agostini nos hace una concesión y reconociendo la desactualización del arancel dice que la cosa es simple de resolver. Señala que el IPC entre 1998 y hoy ha sido del 98%, concede que apliquemos un reajuste de 100%, así si un trámite que en 1998 costaba $500 según el arancel, no puede superar hoy los $1000, sin embargo, continúa, por ello hoy las notarías cobran $3000 o más.

En esa lógica tendría el Sr. Agostini que concordar que el pan, por ejemplo, que en 1998 estaba en torno a los $200 el kilo no podría estar hoy a mas $400 o la bencina que tenía un precio similar al del pan, no tendría que estar al precio que hoy está si solo ha habido una inflación del 98%.

Argumentos tan poco serios y la persistencia de insistir sobre ellos y salir cada tanto a reiterarlos solo nos hacen pensar en acrónimo la famosa frase de Bombo Fica, SLH, que para que vamos a repetir entera aquí.