Un equipo de científicos logró situar el origen de la peste negra, la mayor pandemia de la historia, en la región de las montañas Tian Shan de Asia Central en la primera mitad del siglo XIV, despejando así uno de los mayores misterios de la ciencia, informó el portal de noticias DW, en base a un estudio que publicó esta semana la revista Nature.
La peste llegó al Mediterráneo a mediados del siglo XIV a través de barcos comerciales desde el Mar Negro, y se diseminó por Europa, Oriente Medio y el norte de África en un primer brote a gran escala conocido como la peste negra, que se alargó en una pandemia hasta principios del siglo XIX, causando la muerte de de un gran porcentaje de la población europea.
La investigación estuvo a cargo de un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), de la Universidad de Tubinga (Alemania) y de la Universidad de Stirling (Reino Unido) que rastreó los orígenes de la primera cepa de la bacteria causante de la peste negra, la Yersinia pestis, hasta la región del lago Issyk Kul, en el actual Kirguistán.
Muchas teorías ubicaban el origen de esta pandemia en lugares de Asia como China o Mongolia, pero en este estudio, los investigadores demostraron que el brote inicial se produjo en esta región de Asia Central, una zona atravesada por importantes rutas comerciales como la ruta de la seda.
El hallazgo fue posible gracias a la investigación de restos humanos descubiertos en dos cementerios de la región. Las inscripciones halladas en las lápidas indicaban en lengua siríaca que los individuos enterrados allí murieron en los años 1338 y 1339 a causa de una epidemia desconocida.
Los investigadores analizaron el ADN antiguo de estos restos humanos, así como datos históricos y arqueológicos de estas dos comunidades afectadas por esta misteriosa enfermedad, y certificaron la presencia de la bacteria Yersinia pestis.
Marmotas y el «big bang» de una bacteria
«Lo más importante no es solo que detectamos la bacteria Yersinia pestis en estos enterramientos», afirmó uno de los autores, Philip Slavin, «sino que, en términos de evolución, esa misma bacteria se encuentra en el origen de la pandemia de la peste negra».
«En otras palabras, es una cepa más antigua que la cepa de la peste negra de Europa. Para ser más precisos, es la cepa que coincide exactamente con el comienzo de la pandemia», matizó Slavin.
El estudio apunta a que en algún momento del siglo XIV se produjo un acontecimiento que los investigadores denominan «Big Bang», una diversificación masiva de las cepas de la peste, que asocian con la génesis de la primera gran oleada de peste negra en Europa entre 1346 y 1353.
Los científicos llegaron a la conclusión de que la antigua cepa de Asia Central que causó la epidemia de peste de 1338 y 1339 en Kirguistán saltó a los humanos desde las poblaciones de marmotas de esta región, que actúan como reservorios de la bacteria, y que después mutó en diferentes variantes que se expandieron por el mundo.
«Esta cepa precede a este ‘Big Bang’, que fue un acontecimiento evolutivo fundamental, y cualquier situación de este tipo tiene que evolucionar de una cepa anterior», afirmó Slavin.
El investigador hace una analogía con la pandemia de coronavirus: «Tenemos Alfa, Beta, Gamma, Delta, Ómicron… Ómicron evolucionó de Delta, y Delta evolucionó de Gamma. Quizás no sea la mejor comparación, pero lo que sabemos es que esta cepa precedió a la de la peste negra».
La reciente pandemia contribuyó a aumentar el interés de la sociedad y de la comunidad científica por las enfermedades infecciosas y las epidemias causadas por microorganismos como virus y bacterias, según explicó el investigador.
De todas maneras, y aunque los hallazgos «acaban con todas esas especulaciones sobre los orígenes de la peste negra, también nos plantean nuevas preguntas» sobre el contexto en el que se desarrolló este primer brote, concluyó el científico.