Cultura

Los críticos coinciden en el buen trabajo del director Scott Derrickson para ambientar en la década de 1970 una historia de terror que ahonda en el subgénero de los asesinatos en serie, a partir de un elenco joven que logra atrapar -y asustar- a los telespectadores durante 102 minutos. La puedes ver esta semana en el cine Normandie.

Lejos de reducir su presencia, esta fiesta ha ido creciendo. Son peregrinos que consumen bienes de la modernidad, sobre todo tecnología, pero que siguen creyendo que sus vidas serían incompletas sin esa conexión con la divinidad.

La verdad oculta se huele en cada escena, pero hay una incapacidad de sopesar los alcances de la ira de Dios. Es como cuando se quiere creer que esa mano también divina, Maradona nunca la puso ahí, aunque de todos modos se sabe que sí.