En un llamado de alerta para la oposición y un respiro de alivio momentáneo para el gobierno terminó la segunda vuelta electoral de Gobernadores. Ello también con elementos de prospectiva política que, si son leídos y seguidos de manera positiva, contienen indicios importantes sobre qué esperan los ciudadanos del sistema político y de sus mandatarios.
Hay una evidente racionalidad política de centro en los resultados, contraria a la radicalización, y que prefiere la transversalidad en los candidatos como uno de los rasgos positivos que deben exhibir. La elección no fue un plebiscito ni a favor o en contra del gobierno. El poco más de 26% de los votos totales de la derecha indica que se revaloriza el cargo de gobernador y la transversalidad de los candidatos y que ella no tiene la carrera presidencial ganada. Tampoco que la gente aprueba la gestión gubernamental, sino que votó por el mejor de los candidatos entre las opciones enfrentadas.
Ello se vio nítidamente en la RM donde la oposición quedó encapsulada en tres comunas del sector oriente y otras cinco pequeñas y periféricas, contrariamente a lo que había ocurrido un mes atrás con la elección de alcaldes. Así Claudio Orrego parece un hecho político transversal y no un triunfo oficialista, sino más bien una derrota de la derecha dura.
Algo similar, pero al revés, se produjo en la Quinta Región, donde la UDI María José Hoffman perdió de manera estrepitosa ante el oficialista Rodrigo Mundaca, sacando menos votos que los que obtuvo todo su sector en octubre. Algo muy previsto por la prensa regional porque, ante un inevitable ballotage, las encuestas señalaron a Manuel Millones como el mejor contendor ante Mundaca.
A su vez, la memoria democrática golpeó de manera implacable al oficialismo por su apoyo a Alejandro Navarro, defensor incondicional del dictador venezolano Nicolas Maduro, lo que tempranamente valió una autocrítica de la presidenta del PS, Paulina Vodanovic. En esa competencia se dio el mejor porcentaje nacional a favor de Sergio Giacamán, independiente apoyado por Chile Vamos.
Por razones y memoria de probidad Rene Saffirio, independiente, apoyado en segunda vuelta por el oficialismo, le arrebató la plaza a Chile Vamos y el exgobernador Luciano Ríos deja el cargo enjuiciado penalmente por el Caso Convenios.
Equidad de género
Un hecho relevante, además, es que ninguna mujer venció en la contienda por las gobernaciones. Ello podría ser un llamado de atención, no una negación del concepto, sobre la política de género de la mayoría de los discursos políticos de todos los sectores en los últimos años. Particularmente porque no logra plasmar en la práctica la prédica política.
En perspectiva, los partidos de la derecha no pueden dar por supuesto que constituye una fuerza arrolladora que tiene al frente un contrincante de papel. Menos aún sentirse dueños de los procesos electorales. El caso más sobresaliente es el de la V Región de Valparaíso donde el fraccionamiento y competencia interna los llevó a perder los tres emblemas electorales de esa región: las alcaldías de Valparaíso y Viña del Mar, y la Gobernación Regional, además de que su candidata no ganó en ninguna de las ciudades importantes.
Esta última situación había sido advertida con meses de anticipación por la Encuesta Signos, y diversos columnistas en este mismo medio electrónico.
El nuevo mapa electoral del país empieza a configurarse con relación a la elección presidencial de 2025. No cabe duda, en todo caso que, en medio de la crisis de seguridad, controversias y desorden institucional del país, el electorado parece mostrar una racionalidad de centro político muy superior a la razonabilidad de la política. Y que ésta aún no es comprendida por los principales actores políticos. Así, el fraccionamiento que exhiben los diferentes bloques políticos parece más un reflejo de su incapacidad para leer la realidad, que una inclinación volátil del voto ciudadano a la hora de concurrir a las urnas.