Cómo se deterioran lentamente las democracias

Por Renata Vásquez Aldunce

¿Está la democracia en peligro en Chile?

A través de diferentes medios y declaraciones de grupos y de personas podemos constatar que -efectivamente- corremos un alto riesgo que así sea. Desde luego, diversos estudios reflejan un alejamiento del ciudadano común del concepto de democracia, algunos dicen que no sirve para resolver los problemas de la gente, otros dirán que hace falta un gobierno autocrático, no faltan los que sienten nostalgia de la dictadura.

Los profesores Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, de la Universidad de Harvard, en su libro “Como Mueren las Democracias», revisan distintos episodios en diferentes partes del mundo, especialmente en América Latina, para demostrar que sí, que están en peligro, ya no con Golpes de Estado sino que mediante un “lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales, como son el sistema jurídico y la prensa”. Aquí que me quiero detener; la erosión sistemática e intencionada de los mecanismos de la democracia por parte de instituciones y grupos a los que solo les interesa conseguir sus fines sin importar si el valor más grande que tienen las sociedades, la democracia, es vulnerada con sus acciones.

Las autoridades políticas tienen una frase recurrente cuando se refieren al tema :»los problemas de la democracia se resuelven con más democracia», pero a la hora de aplicarla siempre hay un resquicio para sortearla. Eso no es cuidarla.

En los dos intentos por cambiar la constitución, las propuestas sobre el fortalecimiento de la democracia eran abundantes, sin embargo, en ambos casos se presentaron visiones sesgadas de la democracia, no era para todos iguales.

Las nuevas generaciones no se han formado teniendo un compromiso muy cercano con el sistema democrático, a falta de ramos como la educación cívica o la filosofía e historia, no como ramos complementarios, sino como asignaturas esenciales y formativas solo tienen un acercamiento referencial de la política y con ello del ordenamiento institucional, por lo que el aprendizaje de las formas democráticas las obtienen de lo que ven o escuchan a través de las redes o los medios de comunicación y muchas veces de ejemplos prácticos, que no siempre es el mejor aprendizaje.

Un ejemplo reciente, hace solo algunas semanas, el Tribunal Electoral Regional (TER) determinó en su fallo que en la elección de la Federación de Estudiantes de la Universidad Diego Portales hubo fraude y quien defraudó el proceso fue nada menos que el organismo que por norma debe velar por la transparencia y el correcto ejercicio democrático por parte de los estudiantes del plantel.  El Tribunal descubrió a lo menos tres a cuatro vulneraciones cometidas por el TRICEL, no viene al caso mencionarlos, están en el fallo que ya fue publicado y notificado a la universidad; el caso es que ninguna autoridad del plantel, ni el departamento de asuntos estudiantiles intervino y hasta el momento ni su rector, el profesor y columnista de El Mercurio, Carlos Peña, quien se precia de escribir sobre estos temas y de todo lo que sucede el 15 kilómetros a la redonda y más, no se le ha escuchado ni leído nada sobre esto que aconteció a metros de su oficina ,a vista y paciencia de todo el mundo. Lo preocupante es que esos estudiantes de hoy serán los profesionales del mañana y ya aprendieron que el sistema democrático se puede vulnerar y defraudar, otros ejemplos recientes hay de sobra.

Si no cuidamos el sistema democrático en todos los niveles en que se ejerce, a nivel nacional, territorial, a nivel estudiantil o del barrio no habrá consistencia en su ejercicio y poco a poco se irá extinguiendo para ser reemplazada por populismos de cualquier signo, esos que ya se han dejado ver en otros países.

Los jóvenes deben aprender de la democracia en su esencia pura, con fundamentos claros. Son necesarias las escuelas de formación y liderazgos en todas las instituciones, escuelas y liceos. La práctica democrática debe comenzar desde allí, respetar los códigos, las opiniones fundamentadas y vivir el concepto de ciudadanos en su máxima expresión. A los adultos les cabe traspasar experiencias sanas de convivencia democrática y no enseñar trucos para burlarla.

A las autoridades políticas les cabe transparentar sus acciones y educar desde su status de poder y, por sobre todas las cosas, respetar al soberano que es quien decide y tiene la última palabra.

En democracia se resuelven todos los problemas porque hay diálogo, respeto por el otro y las ideas se analizan, discuten y se llega a acuerdos. No hay imposición de unos a otros.

Renata Vásquez Aldunce, es presidenta de la Juventud Demócrata Cristiana Chilena