Confinados en el desierto

Por Tebni Pino Saavedra, periodista

Exactos 50 años después de haberse abierto el campo de prisioneros de Chacabuco, un centenar de ex presos políticos que fueron confinados en el desierto volvieron el pasado 11 de noviembre para conmemorar la fecha y renovar su compromiso con la democracia.

Eran hombres mayores de 70 años quienes, en esta oportunidad, se hicieron acompañar por familiares y amigos. Comparecieron también autoridades nacionales y de la región de Antofagasta, además, y muy particularmente, la embajadora de la República alemana, Irmgard Maria Fellner, quien ofreció su solidaridad y compromiso con la justicia y la memoria.

La jornada de ese día estuvo cargada de emotividad, reencuentro, reconocimiento de rostros que compartieron “sucuchos”, como eran llamadas las habitaciones en que debían permanecer. También de recuerdos amargos pero no por ello exentos de alegría, pues si hay algo que los militares no pudieron eliminar, fue voluntad de sobrevivir.

Pero quizás el momento más emotivo fue la instalación de una placa conmemorativa que transformó esa oficina salitrera en un Monumento Histórico, un sitio de memoria que recordará no solo a quienes participaron de la solemnidad, sino también a los muchos que ya no están y en cuya memoria cada uno de los presentes rindió su particular homenaje.


Al finalizar el acto se repartieron ejemplares del libro “Consejo de ancianos, el gobierno del campo de prisioneros de Chacabuco”, cuaderno de apuntes del médico, Mariano Requena, primer presidente de ese Consejo, manuscritos que hizo brotar más de una lágrima entre los ex presos que recordaron su sabiduría y aplomo con que reivindicaba cada uno de los requerimientos de sus compañeros.


Este reportero, también invitado a la ceremonia, realizó un documental para el canal de televisión GGN, de Brasil, ya disponible en youtube y al cual se puede acceder a través del link: https://youtu.be/eIuaAZFrBwIm