OPINIÓN: Clínicas se suben por el chorro

Por Aland Tapia San Cristóbal
Como en el pedir no hay engaño, reza el refrán popular, las clínicas privadas alzaron la voz contra el proyecto de Ley Corta enviado por el gobierno al Congreso, para darle respiro a las isapres.
Gonzalo Grebe, presidente de la Asociación de Clínicas de Chile, que reúne a un veintena de estos prestadores, dijo a La Tercera en marzo (y lo acaba de refrendar en el mismo diario dos meses después), que «los prestadores llegaron a un punto límite producto de la crisis de las isapres, las deudas que mantienen las aseguradoras privadas con las clínicas, y el nivel de incerteza con el que han tenido que operar en el último tiempo, sin recibir señales concretas de que esto se vaya a solucionar».
Hasta ahí todo bien, es un negocio entre privados donde unos, las isapres, le deben a otros, la clínicas, unos 500 millones de dólares, según sostiene el también gerente general de Clínica Los Andes.
Sin embargo, Grebe, haciendo gala al refranero popular, cual «guagua que no llora no mama», se pone a la cola y exige al gobierno incluir en el proyecto la deuda de las isapres con la clínicas.  «En la solución propuesta, en los números que ha mostrado el ministerio, que ya son números gigantescos, falta por lo menos un 30%, que es esta deuda con los prestadores, los cuales deben estar contemplados en cualquier mecanismo de solución», dice sin arrugarse.
Y agrega con toda seguridad: «Porque la deuda de las aseguradoras privadas con los prestadores, en caso de una crisis, no se va a pagar. Ese es el tema de fondo, por lo tanto, nos guste o no nos guste, esta crisis del aseguramiento hoy es una crisis del sistema y de la continuidad operacional de los prestadores privados».La pregunta que cualquier ciudadano se hace es ¿por qué las clínicas le dan crédito a isapres insolventes? El mismo Grebe argumenta que «cuando tienes un sistema cuya venta global anual es del orden de US$ 4.000 millones, y lo que se está planteando es una devolución de US$ 1.400 millones, estamos hablando que el sistema tiene que devolver del orden del 30% de sus ingresos. Si lo llevas a dos o tres años, significa que esa aseguradora tiene que generar un excedente anual del orden del 10% o el 12%. Todos sabemos que esta es una industria cuyos márgenes de operación andan entre el 1% y el 2%, por lo tanto, tenemos que apostar a aumentos de eficiencia del orden de cinco a seis veces lo que son los excedentes normales que genera la compañía. Y la verdad es que eso nos parece un escenario bastante poco factible de cumplir».
Sin duda que una empresa que no es solvente debe entrar en liquidación, pero la deuda de 500 millones de dólares que tienen con las clínicas no es un asunto de hoy, sino que es endémica y jamás se cobra. Y nada tiene que ver con el dictamen de la Suprema. Eso es «subirse por el chorro», señor Grebe.
Habrá que sincerar el problema, porque mientras unos no pagan y otros no cobran el sistema se mantiene con las cotizaciones mensuales que 3 millones de chilenos le pagan a las isapres, mientras estas no cumplen con los prestadores y amenazan a todos los chilenos con no pagar lo que la Corte Suprema ordenó.

Aland Tapia San Cristóbal es ingeniero civil industrial de la UTFSM,

ex seremi de Economía V Región.