Esperamos la sanción al carabinero Chaván

El periodismo en el que creemos y por el cual estamos trabajando se basa en el respeto de las libertades, de todas, incluidas la libertad de equivocarse y la de pedir disculpas. Es la que ejerció Paulina De Allende Salazar la mañana del jueves, minutos antes que el general Chaván la censurara en público, cual guardián del buen nombre de la institución que todos, coloquialmente y algunos despectivamente, llaman Pacos.

Alex Chaván es reconocido como censurador de periodistas. El año 2017 expulsó de una conferencia de prensa al periodista Matías Rojas, quien ganó un recurso de protección ante la Corte Suprema, que falló en contra del oficial señalando que «la acción de impedir que un periodista participe de un punto de prensa constituye una amenaza a la libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, garantizada en la Constitución»(Causa rol 35.246-2017).

Como ciudadanos suponemos que la autoridad, más todavía un general de la República, conoce las leyes y las resoluciones judiciales, en especial aquellas que le afectan directamente. Por tanto, la institución y su alto mando deben poner orden en las filas, sancionando al general por haber incurrido en un acto repetitivo, contraviniendo lo dispuesto por el máximo tribunal del país.

La censura es aplicada a la persona, no al medio que representa. En época de dictadura era derechamente al medio, donde en La Moneda no tenían acceso medios radiales y revistas de oposición. La censura alcanzaba a prohibir a esos medios usar la palabra dictadura o poner fotografías que no le gustaban al régimen. Alex Chaván dice que no hay ninguna censura al medio, pero sabe que está censurando al periodista. Es censura, al fin y al cabo.

El periodismo debe estar preparado para la censura y esa es la barrera que afecta a la sociedad toda, porque del otro lado, del lado de la fuente, hay algo que guarda y no quiere develar, o ciertos periodistas le incomodan. El Chino Ríos es un clásico, Jorge González barrió con los micrófonos de periodistas, pero ellos no son autoridad. Acá se trata de una institución cuestionada hasta el hartazgo, donde algunos quieren utilizar a sus mártires como moneda de cambio ante desfalcos de miles de millones de pesos, de procesos por la Operación Huracán, el crimen de Catrillanca, por ayuda logística al robo de madera y ante eso no puede operar la censura, todo lo contrario, hay que abrir las ventanas, ventilar las habitaciones.

En Desenfoque estamos esperando conocer la sanción que el alto mando aplicará al carabinero Chaván.

Mención aparte corresponde al medio, que se hizo eco de la sanción censuradora de Carabineros y despidió a la periodista por una supuesta falta a la línea editorial. Mal argumento, porque ellos mismos en sus noticiarios llaman «Pacogate» al desfalco por 30 mil millones de pesos que suma la institución.

El Director