EDITORIAL: Lo que Chile se merece

El domingo 17 de diciembre de 2023 la gente deberá pronunciarse si aprueba o rechaza la propuesta de nueva Constitución que surja del Consejo Constitucional que elegiremos el próximo 7 de mayo. Ambas con voto obligatorio convocarán a 15 millones de habitantes del país, con resultados inciertos.

En el primer domingo de mayo elegiremos a 50 consejeros que van a recibir un borrador de una comisión de 24 expertos, ya designada por el Congreso Nacional -y que asume este lunes 6 de marzo-, junto a 14 árbitros que tendrán como misión otorgar admisibilidad técnica a las normas que proponga el Consejo Constitucional.

Hasta hoy no existe mayor interés en la ciudadanía en informarse ni participar en el proceso. Es necesario recordar que hay 4 listas de agrupaciones políticas inscritas y que el Servel cerró el padrón en febrero, por lo que el proceso está en plena marcha. La pregunta es ¿por qué el desinterés?

Respuestas podemos encontrar varias; tal vez la gente no ve entre sus prioridades cambiar la Constitución, aunque las encuestas sean parejas en estas opciones. Otra es que haya candidatos de la vieja guardia, algunos octogenarios, y una tercera es que los amarres que puso el Congreso hagan que el Consejo carezca de quórum (3/5) para lograr acuerdos y todo se resuelva en las cortapisas de los Comité de Expertos y el Técnico. Una que escuece a parte de la gente es la presencia de un colaborador y defensor de Paul Schaefer, el UDI Hernán Larraín.

A su vez el gobierno debe sacar las reformas y a ello debe avocarse, por lo que el resultado del 7 de mayo y el 17 diciembre no le debería quitar el sueño. Hagamos algo de ficción: ¿Qué pasaría si la derecha no aprueba las reformas tributaria y previsional? ¿Qué pasaría si la propuesta de NC no contempla el fin del Estado subsidiario y no se establecen cambios a las pensiones, la salud, la educación y la vivienda como derechos garantizados? ¿Qué pasaría si el cobre queda desprotegido?

En esas circunstancias no es impensable ver al Presidente llamando a votar Rechazo. Si la oposición le niega la sal y el agua, jugársela por Rechazar el 17 de diciembre sería un acto de consecuencia, una verdadera elección entre los dos Chile. Este año político que comienza se jugará paso a paso: la derecha jugando sus cartas para que todo siga como está y el gobierno y sus aliados buscando un relato que le ilumine el camino. Ahí veremos -finalmente- qué es lo que espera la gente, lo que Chile se merece.