Los servicios de inteligencia de EE.UUreen que el globo espía chino, derribado el sábado 4 de febrero es parte de un amplio programa de vigilancia dirigido por el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Así lo revela un artículo de The Washington Post que da cuenta de las acciones que está llevando a cabo la Casa Blanca para analizar lo sucedido y contrastarlo con la experiencia de otros países cuyos cielos también han sido surcados por estos aparatos.
Estos globos de vigilancia, que han operado durante varios años en parte desde la provincia de Hainan, frente a la costa sur de China, han recopilado información sobre activos militares en países y áreas de interés estratégico emergente para China, incluidos Japón, la India, Vietnam, Taiwán y Filipinas.
The Washington Post cita como fuentes a varios funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo la condición de anonimato debido a la delicadeza del asunto. «Lo que han hecho los chinos es tomar una tecnología increíblemente antigua y básicamente unirla con comunicaciones modernas y capacidades de observación” para tratar de obtener inteligencia sobre las fuerzas armadas de otras naciones, dijo un funcionario al rotativo.
El pasado lunes, la subsecretaria de Estado Wendy Sherman dirigió una sesión informativa sobre el espionaje con globos de China para unas 150 personas de unas 40 embajadas, dijo al medio estadounidense un alto funcionario de la administración, familiarizado con el asunto.
El departamento también ha enviado a todas las embajadas de EE.UU. una «información detallada” sobre este tipo de espionaje. «Ha habido un gran interés en esto por parte de nuestros aliados y socios”, dijo un responsable de la administración.
Los analistas aún no conocen el tamaño de la flota de globos, pero ha habido «docenas” de misiones desde 2018, dijo otro funcionario estadounidense citado por el diario. Y agregó que aprovechan la tecnología proporcionada por una empresa privada china que forma parte del esfuerzo de fusión civil-militar del país, un programa mediante el cual las empresas privadas desarrollan tecnologías y capacidades utilizadas por el Ejército Popular.