En un mundo como el actual, en el que todos estamos tratando de hacer cada vez más cosas, pareciera que todos estuviéramos corriendo contra el reloj.
Pero aunque todos estemos compartiendo la misma carrera contra el tiempo, hay un tipo de personas a las que pareciera que, simplemente, no les importa llegar tarde.
Según un estudio del sitio YouGov de 2014, al menos 1 de cada 5 estadounidenses llega tarde al trabajo al menos un día a la semana y pareciera que la generación de los «millennials» es la que más sufre con la puntualidad.
¿Qué está ocurriendo? ¿Existen ciertas personas que están programadas naturalmente para llegar tarde?
La autora británica Grace Pacie decidió investigar por qué ella misma siempre llegaba tarde a los sitios y documentar sus descubrimientos en el libro Late!: A Timebender’s Guide to Why We Are Late and How We Can Change (Tarde! Una guía para los flexores del tiempo sobre por qué siempre llegamos tarde y cómo podemos cambiar).
«En cuestión de personalidades, hay una curva de campana. En un extremo de la escala, están los que yo llamo ‘protectores del tiempo’, que están ansiosos por llegar temprano», cuenta la autora.
Al otro lado del extremo, están los que Pacie llama «los flexores del tiempo» (timebenders, en inglés).
«A lostimebenders no nos gusta la rutina. No nos gustan las tareas que nos son conocidas, y nos aburrimos fácilmente», le explicó Pacie a la BBC.
«Nos podemos enfocar muy bien cuando tenemos interés en algo, y si el tiempo es corto, podemos trabajar de una manera muy efectiva».
Pacie explica que para identificar a los timebendersen una oficina, lo único que hay que hacer es buscar los escritorios más desordenados.
«No hemos terminado algo, cuando ya estamos empezando otra cosa».
Pero, ¿por qué pareciera que ciertas personas tienen esta característica más marcada que otras?
La respuesta podría estar en un elemento muy específico de la personalidad, le explica a la BBC el autor del libro «El Efecto de las expectativas», David Robson.
Para Robson, el llegar siempre tarde está relacionado con el rasgo de la personalidad de la consciencia.
«Puedes medir este rasgo a través de preguntas como ¿qué tan organizados y ordenados son? o ¿es la persona puntual?».
Además, Pacie cree que los timebenders experimentan el tiempo de una manera diferente.
«Tenemos una percepción distinta del tiempo a la mayoría de la gente», dice la autora, quien se considera a sí misma como una timebender. «No todos los minutos tienen la misma duración para nosotros».
«El tiempo puede acelerarse o desacelerarse; podemos perdernos totalmente en algo y perder completamente la noción del tiempo. Por otro lado, si tenemos una hora de entrega, podemos trabajar de manera muy efectiva».
Qué dice la ciencia
Un estudio hecho por psicólogos de la Universidad de Washington en 2016 se enfocó precisamente en analizar la percepción del tiempo que tienen las personas.
En uno de los experimentos, los sujetos tenían un tiempo determinado para terminar una tarea. Incluso se les permitía revisar el reloj.
Pero las tareas estaban diseñadas para que fueran fascinantes y que distrajeran a los sujetos para que no miraran el reloj.
Los resultados fueron claros: algunos eran naturalmente mejores que otros estimando el paso del tiempo, y usaban esa aptitud para planear de manera efectiva en el futuro.
Consecuencias
Pacie dice que uno de los hallazgos más sorprendentes (y posiblemente útiles) fue descubrir que los timebenders no siempre llegan tarde a todo.
«Podemos llegar a tiempo cuando nos importa, y eso quiere decir que nos importa cuando existen consecuencias para nosotros por llegar tarde», dice la autora.
«Los momentos en los que más estiramos el tiempo es cuando no hay fechas u horas límite y no hay consecuencias, lo que muchas veces coincide con eventos sociales».
La autora dice que esto puede llevar a los timebendersa tener problemas con sus seres queridos, pues están dando la impresión de que hay poco interés por quedar bien con ellos.
«Creo que es muy útil reconocer el poder de las horas y fechas límite, y que sean reales, externas a nosotros y que tengan consecuencias», agrega.
Uno de los problemas más grandes que ha encontrado Robson a la hora de mejorar la puntualidad de las personas es que creen que la impuntualidad es parte intrínseca de su personalidad.
«Simplemente asumen que es algo tan intrínseco a sus genes y sus características, que ni siquiera hacen el intento de corregir el comportamiento», dice.»Es así como las narrativas que tenemos de nosotros mismos pueden convertirse en una profecía que se cumple sola».
Y la idea de que los rasgos de la personalidad no son permanentes – ni marcados desde el nacimiento – sino que pueden moldearse, es uno de los desarrollos más emocionantes de la psicología actual.
Robson dice que, si alguien lo quisiera, a través de simples cambios, podría volverse una persona más consciente.
«Pueden hacer cosas como un horario detallado todos los días o reservar tiempo para organizar su escritorio o su habitación si están desordenados. Cosas que sabemos que hacen personas muy conscientes».