Tres cartas fechadas en 1767, en las que consta que España trasladó aquel año la administración
de las Islas Malvinas desde el Cabildo de Montevideo hacia el Cabildo de Buenos Aires,
halladas en una librería de Buenos Aires, y cedidas por Nelson Leonel Durante al Gobierno de
Argentina y refrendadas como documentos ministeriales en marzo de 2018; y una cartografía de
las Islas Malvinas de 1520 que incluye siete folios con la crónica de Andrés de San Martín,
cosmógrafo de la Armada del Maluco, la flota de Hernando de Magallanes encontrada en la
Biblioteca Cardenal Richelieu de París también por el historiador Nelson Leonel Durante en 2019.
Dos hitos documentales que demuestran fuera de toda duda que las Malvinas nunca fueron
inglesas y lo de Inglaterra en ellas es una usurpación.
El trabajo, como toda investigación histórica que requiere visitar numerosos archivos y cuyos
documentos muchas veces fundamentan derechos que se alegan hoy en día ante tribunales
internacionales, no fue fácil. El Mapa confeccionado por el cosmógrafo sevillano Andrés de San
Martín, discípulo de Américo Vespucio, fue básico en su época para dar con las coordenadas que
llevaban a las Islas Malvinas, pero luego se esfumó.
El lapso que va entre el año de la Armada de Maluco y 1770, es difuso en hechos de mar, descubrimientos y redescubrimientos en los mares del sur, acicateados por la expansión colonial de Europa y las guerras entre sus imperios. Hacia 1770 se produce el primer conflicto entre Inglaterra y España en torno a las islas, con triunfo de los españoles, lo que origina que en 1774 por medio de la firma de un Acuerdo Secreto suscrito por los cancilleres de ambos imperios, los ingleses obtienen una “retirada honrosa” de ellas, ocupadas ilegalmente, y en abril de 1777 las Malvinas pasan de manera formal, pública y total al dominio soberano de España.
Son conocidos los hechos que durante el siglo XIX determinan la invasión inglesa y la anexión del
archipiélago, los esfuerzos diplomáticos argentinos por más de un siglo por recuperar la soberanía
de Las Malvinas, y el 2 de abril de 1982, cuando deciden su recuperación de facto, conocido como
la Guerra de las Malvinas, conflicto corto y sangriento, que termina con la derrota argentina.
Los nuevos antecedentes encontrado por Leonel Durante, editados en un libro de 600 páginas en
Nueva York demostraría que, desde el punto de vista jurídico e histórico, las Islas Malvinas no
son de Inglaterra sino que, en el peor de los casos, si se considerara de soberanía compartida
por continuidad histórica, serían de copropiedad de Argentina y Uruguay.
La decisión de Aljustrel en Portugal
El periplo final para dar con los importantes documentos se inició en mayo de 2018, en Portugal,
en el Municipio Aljustrel, donde decidieron comisionar al historiador Nelson Durante y a Antonio
Manrique para ir a la Biblioteca Nacional de Paris y a la Biblioteca Cardenal Richelieu, con la
finalidad de requerir copias de los documentos históricos que se sabía estaban en sus archivos y
probaban, sin lugar a dudas, que las Islas Malvinas eran de propiedad de Uruguay y de Argentina.
Junto con las cartas que probaban que el año 1767 (el mismo en que la Compañía de Jesús fuera
expulsada por el Rey Carlos III de España desde todas las Indias de América), el Reino de España
determinó que la administración de las Malvinas, hasta ese año a cargo del Cabildo de
Montevideo, pasaba a la tutela del Cabildo de Buenos Aires, el resto de los documentos, de los
que tenían el número del legajo, el folio y el número de la caja correspondiente en que estaban,
reafirmaban su visión.
Los apoyos recibidos hasta entonces por miembros del llamado Cónclave de Maipú y el asesoramiento de cartógrafos y especialistas en Derecho Internacional para evitar cualquier error de tipo histórico, cartográfico o jurídico, les dio plena seguridad a sus requerimientos.
No obstante lo anterior, relatan los investigadores, desde su entrada a las bibliotecas
comenzaron las dificultades, como si los servicios de inteligencia británicos hubiese impartido
serias instrucciones para evitar que los documentos y mapas fueran a parar a manos de los
investigadores. Un “hombrecito gris”, a cargo de la atención de los usuarios en la Biblioteca
Nacional de Paris “marcó” con un gesto extraño al historiador Durante, y terminó señalando que
tales documentos se habían extraviado. Ante la insistencia de los visitantes, el funcionario les
informó que esa caja “habría sido refugiada y guardada en otro archivo y que, quizá,
estaba en entre los archivos de la Biblioteca Cardenal Richelieu”. Cuando fueron a ese lugar, como
si ya los esperaran, los funcionarios les dijeron que estaban haciendo una búsqueda equivocada “y
que nada tenían que hacer ahí”.
Sin darse por vencidos, Durante y su acompañante solicitaron durante días la búsqueda
de los folios y legajos cuyos números originales tenían hasta que, finalmente, en una
carpeta totalmente distinta a la que se reconocía en el sistema informático del archivo, apareció
el mapa buscado así como los siete folios correspondientes a la crónica. El mapa contenía
una cartografía de las Islas Malvinas y siete folios con la crónica redactada por Andrés de San
Martín, el cosmógrafo en Jefe de la flota de Hernando de Magallanes.
San Martín refirió que en las Malvinas no había vida alguna ni animales, pero sí refirió la existencia de Hombres Gigantes que habitaban el centro de las islas. Luego de los enfrentamientos de 1770 y la suscripción de acuerdos entre ingleses y españoles, uno de los documentos más interesantes es una Promesa Secreta, un Compromiso del año 1774, suscrito por los Cancilleres de España y de Inglaterra, de la entrega de las Islas Malvinas al dominio español. Toda esta nueva información, en definitiva, se sumó a los documentos ya obtenidos en los archivos de Madrid, Cádiz, Sevilla y de Montevideo, y se consolidó en las respectivas copias autorizadas y sellos otorgados por los archivos respectivos ya mencionados.
Con ellos, a su vez, el día 4 de octubre de 2019 el historiador Nelson Leonel Durante completó el trabajo dentro de un compendio de 600 páginas, con mapas que se expanden hasta un metro, más 50 apartados o anexos. Esta obra de arte, con grabados del artista argentino Helmut Ditsch es finalmente llevada a Nueva York para su impresión final.
Ahora debemos esperar que un tribunal internacional, ponderando todos los nuevos
documentos reunidos declare que Las Malvinas nunca fueron inglesas y son o argentinas o de
copropiedad entre Uruguay y Argentina.