Al menos cinco personas murieron y otras 20 resultaron heridas tras un ataque con explosivos que se registró este domingo en un modesto barrio del suroeste de la ciudad portuaria de Guayaquil, en Ecuador.
El gobierno no dudó en calficar el hecho como un «atentado terrorista». La Municipalidad de Guayaquil informó que personas se encontraban en «estado crítico» por «mutilaciones en distintas partes del cuerpo», consignó el diario el Comercio de Guayaquil.
Según testimonios recogidos por la policía y bomberos, el hecho se produjo cuando unos sujetos irrumpieron a bordo de motocicletas en un lugar donde había mucha gente almorazando, primero disparando al aire, para luego arrojar un paquete que contenía los explosivos que desataron la tragedia.
El presidente de la República, Guillermo Lasso, condenó el hecho calificándolo de «acto terrorista».
Mediante el decreto 527, el mandatario ecuatoriano dispuso un nuevo estado de excepción en Guayaquil, con la finalidad de restablecer el orden y la seguridad en la ciudad.
Por su parte, el ministro de Gobernación, Patricio Carrillo, calificó el hecho como una declaración de guerra al Estado por parte del crimen organizado, y anunció que se ofrecerá una recompensa de hasta 10.000 dólares a quien aporte datos útiles para dar con el paradero de los autores de esta masacre.
En lo que va del año, el Ministerio del Interior reportó 58 actos terroristas de índole menor.
Ecuador, ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, enfrenta una ola de criminalidad vinculada al tráfico de drogas, que deja escenas de terror con cuerpos decapitados y colgados de puentes al estilo de la modalidad utilizada por los carteles narcos de México.
Los enfrentamientos se extienden hasta las cárceles, donde desde febrero de 2021 se produjeron siete matanzas con cerca de 400 prisioneros muertos.
Con 18 millones de habitantes, Ecuador cerró el 2021 con una tasa de 14 asesinatos por cada 100.000 personas, casi el doble que en 2020.