Dos minutos de odio

Columna

Con el país en modo electoral por el plebiscito del 4 de septiembre, los mensajes de campaña de uno y otro lado, amenazan convertirse en “los dos minutos de odio” de la novela de George Orwell “1984”.  No buscan convencer sino desviar una eventual critica o apoyo al texto constitucional propuesto, que cosifique el voto en función del rencor al adversario.

Para que esa posibilidad subsista, el dato cultural es la desconfianza ciudadana. Tanto en sus relaciones interpersonales como en la política. Ella no supera el 15% del total del país. Es decir, nadie confía en nadie.

Es un tema. Independiente de la calidad del texto aprobado, el día 5 de septiembre habría que ponerse a buscar una base de acuerdos que sirva a) para implementar la nueva constitución o, b) para elaborar un nuevo borrador; o c) lo uno y lo otro junto. Porque lo cierto es que la del 80 está muerta, aunque la política le puso formol al cadáver, la posibilidad que resucite es nula. Al menos con gobernabilidad democrática.

En este escenario, y a base de la cultura nacional de la confianza, pocos confían en la conversión democrática de la derecha y del gran empresariado, y la promesa de votos para el cambio si gana el Rechazo. Porque se demoraron 17 años +30.

El abuso, (Chile es la sociedad del abuso), tiene dos grupos. Por un lado, los que cometen los abusos y quienes los permiten y, por el otro, los abusados. Estos finalmente “estallaron” y luego, por 80% acordaron cambiar la constitución por medios institucionales. Pero es país parece estar bloqueado.

Las preguntas que siguen son serias. ¿Debiéramos creerles a los abusadores de 30 años + 17 si nunca dieron los votos?  Al revés, debiéramos creerle a los abusados, que con mayoría en la Convención, en un solo artículo, el 33  -9 líneas en total- despacharon a las catacumbas a los ancianos de Chile? El pueblo, nacionalidad, o como quieran llamarle, más grande del país, 13% de la población, la mayor proporción de enfermedades, desamparo e injusticias?

El odio no sirve, ni existe un Goldstein que catalice la ira del pueblo. Solo lea y mire las opciones. El resto, todo igual. Si queremos cambios, habrá que negociar, gane el Apruebo o el Rechazo.  Otra cosa es impensable.

Acerca de Santiago Escobar 50 Articles
Abogado, analista político y experto en temas de seguridad.