Al menos seis personas murieron y otras 31 resultaron heridas después de que un hombre abrió fuego contra una multitud que participaba en un desfile del 4 de julio, en las afueras de Chicago, Estados Unidos.
El desfile en Highland Park había comenzado, pasaron apenas unos 10 minutos, cuando un joven blanco, de entre 18 y 20 años, de larga melena negra y complexión delgada, según la descripción de la policía, abrió fuego contra miles de personas que se encontraban pasando un día de alegría y relajación en familia.
Según fuentes policiales, citadas por el diario New York Times, el asesino disparó desde un techo y usó un fusil, que luego fue encontrado por los agentes.
En las últimas horas se informó de la detención der un sospechoso identificado como Robert Crimo, un hombre blanco, de 22 años que se había dado a la fuga tras el tiroteo.
«Al principio pensé que eran fuegos artificiales, no me di cuenta de que eran disparos», dijo una testigo. «Entonces comencé a ver gente ensangrentada, gritando y corriendo. Fue horrible», dijo la mujer todavía en estado de shock.
Este asesinato masivo que conmociona a Estados Unidos en una de las celebraciones más queridas y concurridas del año, el día de la independencia, a un mes de la tragedia en la escuela primaria de Uvalde y a pocos días de la aprobación por parte del Congreso de una histórica ley de control sobre las armas, ala más significativa en 30 años.