Agentes de la Policía Federal (PF) arribaron en la noche del miércoles al puerto de Atalaia do Norte, en la Amazonia brasileña, con los cuerpos del periodista británico, Dom Phillips, y el indigenista Bruno Araújo, hallados en una zona selvática donde fueron ocultados por sus asesinos, informa este jueves la agencia de noticias ANSA.
Phillips y Araújo estaban desaparecidos desde el 5 de junio, cuando fueron vistos por última vez en el municipio de Sao Rafael, de donde partieron en lancha hacia Atalaia do Norte, en el noroeste del estado de Amazonas. La televisión mostró las imágenes de efectivos de la PF vestidos de negro, junto a hombres con uniformes camuflados descargando dos bolsas de cerca de 1,80 metros cada una con los cuerpos hallados en la selva con la orientación de Amarildo da Costa de Oliveira, alias Pelado, uno de los presuntos asesinos.
«A nadie le gustaría haber encontrar los restos mortales de nadie, pero fue un trabajo espectacular (de investigación), querríamos haberlos encontrado a los dos vivos» declaró el ministro de Justicia, Anderson Torres al diario Folha de Sao Paulo.
«Es un crimen cruel, una locura (..) aún faltan bastantes cosas, se necesita hallar la embarcación (donde viajaban las víctimas) y terminar con lo relativo a la autoría del crimen, la región es muy difícil», agregó el ministro.
Amarildo da Costa de Oliveira y su hermano Oseney da Costa de Oliveira, alias Dos Santos, permanecen detenidos en Atalaia do Norte.
En la noche del miércoles, el comisario de la PF en el estado de Amazonas, Eduardo Fontes, dijo que «fue un crimen horrendo y llevamos los cuerpos cuidados dignamente para la pericia correspondiente».
Según la inforamación de ANSA, el asesinato ocurrió en el Vale do Javarí, cerca de la frontera con Perú y Colombia, donde se encuentra una reserva de indígenas que son víctimas de ataques por parte de buscadores de oro, narcos y pescadores.
Phillips, de 57 años, colaborador del diario The Guadian, y Araújo, de 41 años, realizaban una investigación sobre la situación de los pueblos originarios y habían recibido amenazas.
En conferencia de prensa el comisario Fontes dijo que la lancha donde viajaban las víctimas aún no fue encontrada, y que los asesinos «colocaron bolsas de tierra en ella para que se hunda, tiraron el motor y hundieron el motor».
El jefe policial precisó que una de las líneas de investigación en curso procura develar si hubo alguien que financió el asesinato.
«Perú es el segundo mayor productor de cocaína del mundo donde están disidentes de las FARC (guerrilla colombiana)», señaló Fontes.
En tanto, la organización ecologista Greenpeace se declaró «conmocionada» tras confirmarse ambos asesinatos. «Nuestros corazones y pensamientos están con las familias y amigos de Bruno y Dom», expresó en un comunicado el director ejecutivo de Greenpeace en el Reino Unido, Pat Venditti.
«Estos hombres valientes, apasionados y decididos fueron asesinados mientras realizaban su trabajo vital de arrojar luz sobre las amenazas diarias que afrontan los pueblos indígenas en Brasil mientras defienden su tierra y sus derechos», dijo, agregando que este crimen es el más reciente «de una serie creciente de ataques brutales contra defensores ambientales y comunidades indígenas que han convertido a la Amazonía en una vasta escena del crimen».
Venditti también lamentó la poca protección que da Brasil a sus bosques y lamentó que en el país sudamericano «los madereros, ganaderos y mineros ilegales saben que pueden operar con una impunidad casi total y la única consecuencia restante probablemente sea su exposición en la prensa».
Finalmente expresó que «el mundo debe despertar y dar los pasos para poner fin a la intolerable violencia y represión que vive la Amazonía. El mayor tributo que podemos rendir a Bruno y Dom ahora es continuar con su trabajo vital hasta que todos los pueblos de Brasil y sus bosques estén completamente protegidos».