En el ajetreo diario de la crianza, es fácil pasar por alto el poder de una pregunta tan sencilla como: «¿Y tú, qué piensas?». Sin embargo, esta interrogante puede ser una herramienta poderosa para el desarrollo integral de niños y niñas.
Fomentando el pensamiento crítico desde la infancia.
Al invitar a niñas y niños pequeños a expresar sus opiniones, les ayudamos a organizar sus ideas, razonar y reflexionar sobre diversos temas. Este ejercicio promueve el pensamiento crítico y la capacidad de argumentar, habilidades esenciales en su formación. Un estudio publicado en Escuela Abierta destaca que la cantidad de preguntas que los niños realizan desciende drásticamente al ingresar a la educación primaria, en parte porque el sistema educativo actual recompensa más las respuestas que las preguntas . Por ello, es vital que, desde el hogar, fomentemos su curiosidad innata y les animemos a cuestionar y a explorar.
Fortaleciendo la autoestima, la comunicación y la ciudadanía de la infancia.
Cuando una niña o niño se siente escuchado, su autoestima se ve reforzada. Saber que su opinión es valorada le brinda seguridad y confianza. Así mismo, al expresar sus pensamientos, mejora su vocabulario, estructura mejor sus ideas y enriquece su capacidad comunicativa, habilidad crucial para hacerle agente o sujeto activo en la construcción de una sociedad más participativa
En agosto de 2024, el Gobierno de Chile lanzó la Política Nacional de la Niñez y Adolescencia 2024-2032, que busca reconocer el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes en todos los aspectos de su vida, incluyendo su participación en las decisiones que los afectan. Al preguntarles «¿Y tú, qué piensas?», no solo estamos apoyando su desarrollo individual, sino también fomentando una cultura donde las voces de los más jóvenes son escuchadas y valoradas, alineándonos con las políticas nacionales que promueven su participación activa en la sociedad.
Reflexionando sobre nuestras prácticas de crianza
Es momento de que, como adultos, reflexionemos críticamente sobre nuestras prácticas de crianza y nuestras concepciones acerca de la infancia. ¿Estamos ofreciendo a los niños y niñas el espacio adecuado para expresarse? ¿Valoramos sus opiniones y les animamos a pensar por sí mismos? Al incorporar preguntas como «¿Y tú, qué piensas?» en nuestras interacciones diarias, contribuimos a formar sujetos más seguros, críticos y participativos, preparados para enfrentar positivamente los desafíos actuales y del futuro.
En definitiva, una simple pregunta puede abrir un mundo de posibilidades en el desarrollo de nuestros niños y niñas. Hagamos de la escucha activa y la valoración de sus opiniones, una práctica constante en nuestra labor como padres, madres, educadores y miembros de la sociedad.
Esta columna de opinión fue creada con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por Angélica Bello V. Educadora de Párvulos, Universidad Católica y Magíster en Educación, Universidad de Chile.