Una cifra de 20 muertos hubo el segundo día de ataques cometidos contra personas en el Líbano, las que portaban busca personas o walkie-talkies o que estaban junto a los aparatos que estallaron.
Según autoridades libanesas, hubo más de 500 heridos, sumando más de 3 mil 200 en dos días y dejando 32 muertos.
De acuerdo a versiones preliminares, los dispositivos fueron importados hace cinco meses por miembros del Hezbollah, grupo de resistencia anti israelí afincado en el sur del Líbano, que libra confrontaciones por más de 50 años con el estado de Israel.
Según las indagatorias, los aparatos fueron cargados con una pequeña carga de explosivos en la fábrica, que a su vez fue una fachada de la inteligencia israelí, según trascendidos. Los dispositivos eran de la marca taiwanesa Gold Apollo, que licenciaba a una empresa húngara llamada BAC Consulting.
La ONU dijo que «atacar simultáneamente a miles de personas, civiles o miembros de grupos armados, sin saber quién tenía los artefactos, su ubicación y entorno durante el ataque, viola el derecho internacional» y afirmó que «quienes ordenaron y llevaron a cabo este ataque deben rendir cuentas».