Un Primero de Mayo diferente

Miguel Ángel San Martín. Periodista, desde Madrid

 

Los trabajadores de Chile han celebrado el Primero de Mayo tal como lo vienen haciendo desde hace años, cuando suscribieron el acuerdo de hacerlo junto a los trabajadores de todo el mundo en el Día Internacional del Trabajo. Y como siempre, las consignas fueron reivindicativas para obtener mejores condiciones para desarrollar sus labores.

Dos hechos destacables este año de 2024. El primero, las grandes marchas desarrolladas en la gran mayoría de ciudades del país, unidas en una petición clara y precisa: alcanzar los 630.000 pesos mensuales como sueldo vital, considerado como el mínimo básico para poder subsistir.

En España, las centrales sindicales UGT y Comisiones Obreras pusieron como reivindicaciones centrales, además de un aumento del sueldo base –que ya está en 1.134 euros- el pleno empleo de la clase trabajadora, lo cual se logra con 37 y media horas semanales de trabajo.

En Chile, el segundo hecho destacable ha sido exigir el esclarecimiento de los hechos luctuosos que se registraron hace unos días en la denominada “Macro Zona Sur” y que culminaron con el brutal asesinato de tres funcionarios de Carabineros.

En cuanto al primer hecho, debemos señalar que el Primero de Mayo está declarado –por Ley- como un día feriado irrenunciable.  Esto significa que las empresas, comercios e instituciones cierran sus labores, con la excepción de un sector de farmacias que, por turnos, deben atender las demandas de medicinas de la población. Obviamente, los hospitales y centros de urgencias, así como entidades de seguridad, también siguen atendiendo por turnos aquellas necesidades urgentes que puedan producirse. Igualmente, hay permisividad en establecimientos de venta de combustibles, restaurantes y otros destinados a la distracción.

La organización máxima de trabajadores del país, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), convocó a las manifestaciones, indicando las principales reivindicaciones. En todo el mundo, la fecha tuvo similares características, adecuadas –por supuesto- a las realidades que se viven en la actualidad en los diversos países.

En cuanto al segundo hecho, el asesinato de tres funcionarios policiales en el sur chileno, desde diversas instancias de las organizaciones de trabajadores, junto a las vecinales, han hecho oír su voz clara y contundente. En primer lugar, exigen lo que parece obvio, pero que no lo es tanto: que se esclarezca con claridad meridiana lo ocurrido. Que se descubra la verdad absoluta, que se establezca el cómo y el por qué se produjeron los hechos, que se identifique a los culpables y a los responsables intelectuales del brutal crimen.

No hay claridad sobre el por qué, una patrulla de tres funcionarios policiales, acudieron a una extraña denuncia. Ni tampoco se ha señalado si se hizo o no una evaluación de la misma y los riesgos que se asumían al concurrir. No se ha señalado de qué autoridad policial surgió la orden de acudir y en la forma en que se hizo. En definitiva, se deben aclarar muchas circunstancias que permitan analizar en profundidad las responsabilidades que concurren en un hecho tan doloroso para la institución policial y para el conjunto de la sociedad.

Desde hace bastante tiempo se ha venido denunciando que existen organizaciones mafiosas relacionadas con la droga y con el robo de madera en aquella rica y boscosa zona de Chile. Mafias que han ido permeando a grupos vecinales, a empresas e, incluso, a instituciones que debieran resguardar la paz y tranquilidad en la Macro Zona Sur. Se conocen denuncias concretas, incluso con nombres y apellidos, que debieran ser investigadas y esclarecidas. El último y gravísimo suceso debiera poner en actividad sin descanso a quienes les corresponde la tarea investigativa, hasta esclarecerlo totalmente.

Y, por último, los trabajadores exigieron en sus manifestaciones del Primero de Mayo su absoluto rechazo a las actitudes de sectores políticos que no están respetando el dolor de familias y de la mayoría de la sociedad. Sin respetar el sentimiento de dolor que embarga a Chile, utilizan la muerte de los funcionarios policiales como arma política para sacar una ventaja espuria e inmoral.

En definitiva, este es un gran mensaje de los Trabajadores que debemos valorar en toda su dimensión. Porque somos una sociedad que busca acortar las brechas de la inequidad y, a la vez, que exige decencia en la actividad política para poder avanzar en progreso y bienestar general.