OPINIÓN: Es hora de intervenir el fútbol

¿Por qué esta actividad ha devenido en territorio de nadie, donde las bandas de delincuentes y el microtráfico mandan?

Tenía 11 años y mi madre me autorizaba a ir solo al estadio. Me encargada al chofer del micro que esa tarde iba hasta Ñuñoa y al salir me decía que estaría esperando al término del partido, porque entonces los buses se aparcaban en Avenida Grecia a esperar que saliera el respetable. Recuerdo haber ido a la final de la Libertadores con Unión Española frente a Independiente, año 1975, y a cada partido de Colo Colo, cuando no habían más que una barra oficial que dirigía una mujer, Celia Gaona. Ellos se instalaban en la puerta del Maratón, porque los albos eran local en el Estadio Nacional.

Esos años quedaron atrás y el país cambió. Comenzaba la era del individualismo, del sálvese quien pueda y se instaló un modelo de mercado que dejó atrás lo social, donde cada uno comenzó a rascarse con sus propias uñas. Ese desmembramiento de nuestra sociedad afectó a la familia, los padres se dispersaron y los hijos quedaron sin modelo, sin figura paterna, y las mujeres debieron asumir ambas. Hoy el 40 por ciento de los hogares son monoparentales, sostenidos solo por una mujer, la que no da abasto para llevar la casa y salir a trabajar jornadas extenuantes. Por ahí está una de las causas del problema.

Es que la violencia en los estadios viene de los «Holigans» ingleses, tipos que no tenían ninguna de las razones que encontramos en Chile. Tal vez exceso de cervezas, drogas y porte de armamento. En eso se parecen, porque estas personas se transforman en bandas, grupos de pertenencia donde deben validarse, en escalas ascendentes para ir ganando poder. Y, por tanto, son controlables, como lo hicieron los británicos.

Para ello intervinieron el fútbol y pusieron en la cárcel a los responsables. Luego les prohibieron acercarse a los estadios y, algunos, hasta el día de hoy deben presentarse en una unidad policial a la hora en que se juega el partido de alta convocatoria.

Pero en Chile habría que intervenir algo más que a los hinchas, habría que apartar a los financistas, en muchos casos a los dueños de los clubes a través de sociedades, y en eso la política tiene intereses creados. Hoy están dando carácter legal a las apuestas online, en circunstancias que son estas agencias auspiciadoras de los clubes, y el presidente de la ANFP, Pablo Milad, pidió una moratoria por 3 años para que sigan haciéndolo. Hay agentes que son dueños de varios clubes y pasan jugadores de un lado a otro, que ni siquiera juegan, como una forma de evadir impuestos.

Por ello que el Presidente de la República haya dicho en twitter que «no vamos a dejar que un grupo pequeño de delincuentes se tome los estadios a costa de la gran mayoría que acude a ver  un espectáculo en paz y alegría. Vamos a identificar y hacer caer todo el peso de la ley a los que provocaron esto y espero que no vuelvan a entrar a una cancha», es un albur. Acá se trata de perseguir el dinero, lo demás es humo.