EDITORIAL: Un carabinero a la semana

Las organizaciones del narcotráfico están en Chile, la gran mayoría formada por chilenos. En cinco años pasamos de erradicar los alunizajes a cajeros automáticos a los abordazos en las carreteras o en la puerta de las casas. Ahora comenzó el asesinato de un carabinero a la semana.

Así es como funcionan las narco democracias. Los grupos van creciendo, se van tomando territorios, van asumiendo cargos en municipios y hacen correr dinero a la gente más pobre, en lo territorial, y a los más influyentes en lo político. Su estrategia es de largo plazo, algo que la sociedad chilena no tiene.

En el año 2000 habían 16 mil personas presas. Hoy son 50 mil. ¿De qué ha servido aquello? Nada o muy poco. Eso es meter la basura debajo de la alfombra, porque en paralelo ha aumentado la precariedad del empleo (25% de los trabajadores tienen un contrato), la deserción escolar y, además, la pobreza tiene a 650 mil familias sin casa.

Políticamente, tenemos un Congreso fragmentado, donde ningún Presidente goza de mayoría para gobernar, su periodo es breve y la guerrilla política no lo deja cumplir su programa. El sistema económico está hecho para el narco. No se pueden indagar las cuentas corrientes ni confiscar bienes al narcotráfico. Se demuelen ampliaciones de casas que no tienen permisos de edificación, pero la casa sigue intacta. El poder judicial se encuentra atado de manos con el sistema procesal, por suerte, porque si no tendríamos el doble de la población en las cárceles esperando un fallo.

El diagnóstico es desolador, pero podría cambiar si de una vez por todas el Presidente pone orden en sus filas y maneja todo aquello que no necesita leyes nuevas, porque el Congreso no lo apoya. Claro, hay que romper huevos y hacer lo que el destino le manda.  Debe poner al crimen organizado a pensar cómo salir de Chile, porque de otra manera seguiremos sepultando, por ahora, un carabinero asesinado por semana.

Así como se hacen leyes express, es hora de dotar de recursos express a servicios como Impuestos Internos, fiscales exclusivos, jueces exclusivos y policías exclusivos para poner fin, de una vez, al crimen organizado. Al Capone cayó por evadir impuestos, aprendamos de la experiencia.