Todo al mesón de la feria de las pulgas

Columna

La última Encuesta Signos de Smart Analytics correspondiente a la semana entre el 3 y el 10 de octubre dejó en claro que el cuadro político para la sociedad es la delincuencia y la inflación, y para la política, una nueva constitución, y el mecanismo para generarla, en un enredo grande de condiciones que a pocos interesa. Es decir, mundos paralelos, absolutamente divergentes.

Si se suman las seis variables de la encuesta que involucran economía y delincuencia, llega a un total de 86.4 por ciento las opciones que complican al gobierno. Delincuencia 44,1%; Inflación/alza de precios 16,3%; narcotráfico 9,2%; sueldos 6,4%; pensiones y jubilaciones 4,3%; y pobreza 4,1%.

Ese es un escenario de inmediatez absoluta, por lo que una nueva constitución, así con minúscula, con escases de plata y política, es solo un mareo para satisfacer egos. Y aunque muy importante en perspectiva histórica, para la gente común y corriente es solo un juego de los políticos.

La cordura indica que el gobierno debiera aplicarse más a la oportunidad y eficiencia de sus decisiones, pues sin plata fiscal fresca, la política de las promesas se agotó. El invento de las “side letters” para esquivar la decisión de promulgar el TPP11 es tanto un adiós a la confianza de eventuales inversionistas, como un tatuaje en el cuello de una figura que indica desprestigio sobre la forma de gobernar. Enerva tanto a los inversionistas como el funcionamiento pacífico de las relaciones con los otros poderes del Estado, particularmente el Congreso Nacional.

Este martes se conmemora el tercer aniversario del estallido social de 2019 en un ambiente de tensión creciente, donde de nuevo las promesas empiezan a perder fuerza. Hoy no cuesta nada mostrar hechos positivos de gobierno, dado el deterioro que experimenta el país. Sin embargo, estos no llegan, o lo hacen solo en dosis pequeñas. En Chile, el poder Ejecutivo tiene el impulso. Pues bien, desde hace 8 años no tenemos impulso y nos consume la mala política. ¿Dónde está la política real?

El nuevo presupuesto fiscal – la preocupación de la coyuntura- que regirá para el año 2023, trae ejemplos notables de la inviabilidad del juego de las promesas versus la realidad. Entre ellos, el paupérrimo aumento de $100, (cien pesos) en el per cápita de salud que distribuye el Minsal a los consultorios municipales. En un país en el que la desigualdad y la pobreza van en aumento en las preocupaciones ciudadanas, la salud es una de las brechas sociales más odiosas que experimenta la sociedad. Y ya estamos en punto casi cero. Para una operación de cataratas garantizadas por GES, un paciente Fonasa debe esperar cuatro años o pagar una clínica privada. Eso pasa en Ñuñoa, comuna de clase media hoy gobernada por el Frente Amplio, pero también y más a menudo en las más pobres, pues son los consultorios los encargados de gestionar la necesidad.

Ocurre lo mismo en muchos temas gubernamentales, porque se privilegia la promesa programática y no se asume el quehacer del día a día con lo que hay.

Pero para ser justos, la oposición le cierra al gobierno todas las puertas que importan, pues se siente cómoda prefigurando el fracaso de este. Sin asumir que muchos aspectos de la administración están tensionados por lo que se hizo en el gobierno anterior, y en los dos anteriores a ese, o binomio Bachelet/Piñera. Es el caso de la seguridad y delincuencia que tanto aflige al país, y en el que se gastan ingentes recursos, sin resultados adecuados, e incluso con malversaciones y desfalcos.

La política escatológica de la oposición de salir a buscar twitter de las nuevas autoridades en contra de Carabineros es pura demagogia con aspecto de blancura. Los injustificados insultos, que nadie puede compartir, atribuibles a altos funcionarios del actual gobierno, no son peores que el desprecio clasista de la derecha política con ese cuerpo policial, al que acusan de estar “lleno de pacos mapuche”. La derecha política en el país nunca ha hecho algo serio para exigir y contribuir a la profesionalización de la policía. Su creación fue obra de un militar, el general Carlos Ibañez del Campo, quien lo hizo bajo la convicción que el gamonalismo en los campos, la justicia patronal en las mineras y la guardia civil de la época, no podían continuar como una regla que imponían los propietarios de la economía. Carabineros nació como una fuerza de reforzamiento de la Ley y de igualdad cívica.

Nadie puede negar que su conducción en democracia, luego de los atrabiliarios años de la dictadura, no ha sido la más adecuada. Que a la democracia le ha costado mucho avanzar en transparencia y control de los cuerpos policiales. Y en eso la responsabilidad de la derecha ha sido brutal, y ha rozado la sedición, como ocurrió con el affaire Stange.

Con lo hecho, dejando fuera la intangibilidad de los derechos humanos, no se les puede exigir un comportamiento de bobby ingleses, cuando sus salarios son misérrimos, la tropa convive con la delincuencia en los barrios donde habita con sus familias, y la segregación entre oficiales y tropa en la formación inicial, es el inicio de una rudeza sin ninguna legitimidad.

Este martes se conmemora el tercer aniversario del estallido social de 2019, en un ambiente de tensión creciente, donde de nuevo las promesas empiezan a perder fuerza. Hoy no cuesta nada mostrar hechos positivos de gobierno, dado el deterioro que experimenta el país. Sin embargo, estos no llegan, o lo hacen solo en dosis pequeñas. En Chile, el poder Ejecutivo tiene el impulso. Pues bien, desde hace 8 años no tenemos impulso y nos consume la mala política. ¿Dónde está la política real?

Acerca de Santiago Escobar 50 Articles
Abogado, analista político y experto en temas de seguridad.