Por Sergio Velasco de la Cerda.
“La poesía no quiere adeptos, quiere amantes”, Federico García Lorca.
Nacido en Parral, un 12 de Julio de 1904. Con escasos 2 años su familia se traslada a Temuco, una ciudad próspera, marcada por la naturaleza autóctona, sus copihues rojos, y un pueblo originario de bravos mapuches.
120 años han transcurrido desde entonces. Su clásica voz, pastosa y cansada resuena en cada verso, donde le canta al amor, con una profundidad tal, que fue alabada por sus pares, donde no estuvo ausente la intolerable envidia.
Neftalí, comenzó sus estudios en el Liceo local. Su progenitor anhelaba que fuera su heredero en la “pega” de ferroviario. El joven rebelde tenía otros propósitos, soñaba con ser parte del mundo exterior, descubriendo lo desconocido, horizontes lejanos que estaba esperándolo, para recórrelos.
Rompe con su padre y viaja a la capital Santiago, a estudiar pedagogía en francés en la Universidad de Chile: objetivo leer y entender en su propio idioma a los poetas y escritores universales
Reyes, con escasos 17 años, se ve enfrentado a una cruda realidad. Vive en una modesta pieza en un cite. El hambre y la carestía fue el despertar cotidiano. Con esa escuela de una sociedad injusta, se inflama su corazón provinciano,
Nace así el invisible poeta de las causas perdidas. Lucha con sus compañeros en defensa de mayores derechos a los oprimidos y explotados trabajadores. Crece un hombre de izquierda, donde se funde con el Partido Comunista, hasta el último halito de su azarosa vida pública.
Frecuentaba los centros literarios más connotados de país, algo le faltaba y lo desesperaba, tenía que ver otras estrellas, oler distintos perfumes, beber el néctar de tierras lejanas. Comienza su extenso periplo como diplomático.
Neftalí Reyes ya no es tal. Necesita otra figura, un apellido desconocido, un seudónimo que lo procrea, en octubre de 1920, renace el inmortal Pablo Neruda, de la afamada poesía chilena.
100 años cumple una de su obra culmine, “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” escrita el 14 de febrero de 1924, con apenas 19 años, traducida a 40 idiomas, señaló: “por un milagro que no comprendo, este libro atormentado ha mostrado el camino de la felicidad a muchos seres”.
85 años se conmemora la excelsa labor humanitaria como cónsul, para las inmigraciones españolas con sede en Paris, por instrucciones de presidente Pedro Aguirre Cerda contrata un barco, el “Winnipeg”, para trasladar a 2020 exiliados. Posteriormente nace otra obra reconocida, “España en el Corazón” Himno a la Glorias del pueblo en la Guerra, en 1937 de repercusión internacional.
En 1950 aparece en México, el poema “Canto General”, clandestinamente fue editado en su patria, la ley maldita se lo impedía. Por los críticos fue comparada con “La Araucana” del célebre escritor español Alonso de Ercilla y Zúñiga, una satisfacción personal, que lo llena de orgullo.
Su amigo presidente Salvador Allende, lo nombra embajador en Francia, la Academia Sueca en 1971 le otorga el merecido Premio Nobel de Literatura. Lucila Godoy Alcayaga, (la sublime Gabriela Mistral) profetizó: “Este muchacho llegará muy lejos”, siendo ella en 1945, la primera chilena ylatinoamericana en recibir tal distinción.
Tres poderosas mujeres influyeron en su larga y tormentosa vida sentimental, con las cuales contrajo matrimonio. María. A. Hagenaar, 1930 -1942, su segunda esposa fue Delia del Carril 1943 -1955, murió a los 104 años, y la tercera Matilde Urrutia 1966 -1973, quien le acompañó hasta su trágico deceso.
La Sebastiana en Valparaíso, La Chascona en Santiago y su preferida, construida con su diseño personal, mirando al mar infinito, Isla Negra, donde descansa junto a Matilde, para la eternidad.