De Qatar a catar chelas

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Estaba pensando que pasaría si al equipo de rugby chileno que clasificó al mundial del deporte le metiéramos unos 6 u 8 mapuche, de esos grandotes que andan por ahí y que a lo mejor practican linao. Y que terminaran campeones mundiales. Quizás se arreglarían las cosas en La Araucanía. ¿Mucho sueño?

Monja loca, me espetó un comentarista, de dudoso origen étnico (como todos los chilenos, incluidos los pueblos originarios). Esos “peñi” (me lo dijo así, entre comillas) son pura mantequita. Eso pasa solo en Sudáfrica o Nueva Zelanda. Aquí solo chicha y escopetas, si no pregúntale a los de la CAM.

No estoy de acuerdo y creo que es un juicio racista. Aunque pensándolo bien, no sé si alguien practica todavía, fuera del palin, alguna de las disciplinas del viejo kollellaullin. Entre ellas el linao, que es correr esquivando, o hacen endurecimiento físico. Ignorarlo o no considerarlo, es parte de la estupidez mestiza que nos corroe como país.

En cambio, se acepta de manera normal la corrupción en las organizaciones deportivas. Hasta existen parlamentarios que sacaban lucas del deporte para hacer política, y engañaban con clubes brujos donde ancianas de 80 años practicaban pesas.

El fútbol profesional es lejos el más corrupto. Con su transformación en sociedades anónimas, la cosa ha sido peor. Pese a lo que prometió el presidente del dedito que no me acuerdo como se llamaba.

Ahora hay iniciativa de ley para impedir la publicidad en los eventos deportivos. Lo que quiere decir que a los honorables les parece bien que, de los 16 clubes de fútbol de la Primera División, 11 tengan auspicio de casas de apuestas. Es decir, el problema sería la publicidad y no la mezcla impúdica de dos negocios que jamás debieran mezclase.

¿Qué garantiza que no se arreglan los partidos? ¿Cuál garantía existe que la polémica de Castrilli y el sindicato de árbitros no tenga motivaciones oscuras de estos últimos?

En un país, digo, donde un presidente de la ANFP se fugó a Estados Unidos y es ahora testigo protegido en juicio por estafa internacional. Y lo hizo luego que una comisión auditora de los clubes presidida por Jaime Estévez de la UC encontrara que todas las cuentas estaban en regla.

De Qatar no queda nada, excepto catar chelas mirando la TV.