Por Nasrat Victoria Guerra*
Aunque es una ventana de «reconstrucción» en la vida de los sirios, el compromiso del presidente Donald Trump de levantar el bloqueo hacia Siria, fue una respuesta a la solicitud de Arabia Saudita. Estados Unidos nada hace por buena voluntad, veamos qué pasará con Los Altos del Golán. Hay que recordar que cuando el pueblo sirio celebraba el derrocamiento de Assad, las tropas vecinas israelíes avanzaron poco más de 14 kilómetros fuera del área desmilitarizada.
Es un enigma para muchos, pero cuestionable es mantener las dudas, sobre esta importante decisión basada en la buena fe. Israel es firmemente apoyado por EE.UU., es su cómplice en el asedio a Palestina que en la actualidad tiene a más de un millón de niños al borde de la muerte por desnutrición, a causa de un bloqueo desde hace más de 70 días, que no permite que la población sobreviva. Es un genocidio abiertamente a los ojos de la comunidad internacional. ¿Cómo confiar entonces en la sabiduría de un mandatario que, hace pocos días, tuvo el atrevimiento de decir que sería el mejor pontífice en medio del desarrollo de cónclave?
Si bien es cierto, el desbloqueo desde EE.UU. a Siria, es una señal de nueva etapa en la transición política, social y económica, no se puede olvidar que la promesa de elecciones presidenciales en el país árabe por la actual autoridad, fue con una fecha designada, mes de marzo. A pocas horas de completar la primera quincena del mes de mayo, las jugadas fortalecen el gobierno transitorio con visitas y encuentros protocolares en Europa y como broche de oro, el aliado de los líderes de la transición, se ha transformado en el vocero a la petición del término del bloqueo.
¿Cuál será el costo? Arabia Saudita planea cancelar la deuda de Siria al Banco Mundial, que asciende a 15 millones de dólares. La curiosidad que no deja ser relevante, es que el actual mandatario sirio, Ahmed al-Sharaa, hasta seis meses atrás estuvo en la lista de los «terroristas globales especialmente designados» que mantiene EE.UU. Lo incluyeron en 2013 y llegaron a ofrecer una recompensa de 10 millones de dólares por su captura. La milicia con la que lideró el derrocamiento de Bashar Al Assad, Hayat Tahrir al-Sham, sigue apareciendo en la lista de entidades consideradas terroristas del país norteamericano.
Mohamed bin Salmán, Primer ministro y príncipe heredero saudita, ha firmado con el mandatario estadounidense un compromiso de inversión de 600.000 millones de dólares (538.557 millones de euros).
Es un juego de ajedrez donde los movimientos avanzan hasta sacar de las filas a los peones.
*Nasrat Victoria Guerra es periodista Internacional Medio Oriente. @nasratchile