Nos escribe el colega periodista y poeta de las luces Felipe de la Parra, para contarnos emocionado: “Este Primero de Mayo, en la Radio Chilena, el programa creado y conducido por nuestro Miguel Davagnino «NUESTRO CANTO», cumple 49 años. Lo hizo en momentos en que se desarrollaban los luctuosos hechos del Caso Calle Conferencia. Eran días de represión y miseria humana… Y «Nuestro Canto» se puso a cantar con todas las voces de la Nueva Canción Chilena y de las emergentes del Canto Nuevo. Un acto de dignidad y valentía. Inauguró la insumisa conducta de un pueblo que resistía en la clandestinidad. Entonces, dejaron de morir los Víctor Jara, los Rolando Alarcón y estuvieron vivos más que nunca los Inti Illimani, el Quilapayún y tantos otros. Cantamos todos”.
Pensaba hablar del significado del Primero de Mayo, del recuerdo internacional de los trabajadores, de las luchas sindicales, de los sacrificios de muchos para el bien de todos, de los que se quedaron en el camino, iluminando nuestra Historia. Pero, creo que rendir un homenaje a mi colega y amigo Miguel Davagnino es más que oportuno, porque es un símbolo de los trabajadores de hoy.
Tengo la suerte y el honor de conocerlo desde hace muchos años, desde nuestra juventud ilusionada, cargada de anhelos puros y sinceros, de cuando “las papas quemaban” y desde los sueños cumplidos con un Salvador a la cabeza. Desde la amputación de ese sueño, cuando comenzaba a hacerse realidad. Y de colegas, derivamos a amigos. Y de amigos, estamos convertidos en hermanos. De esos hermanos de ayer que siguen unidos como antaño, aunque casi no nos vemos desde hace más de cincuenta años, salvo en un par de ocasiones en que los abrazos han sido eternos.
Creo que Miguel Davagnino, con Sergio Campos, con Fernando Reyes Matta, con Marcia Scantemblury y tantos otros con los cuáles escribimos con lágrimas y fraternidad el libro “Mi once de Septiembre”, dejamos en blanco sobre negro lo ocurrido aquel aciago día en que la Democracia fue cercenada y la Historia de Chile fue manchada con sangre ilusionada con un mañana mejor. Y ese libro ha calado tanto en el memorial de la gente, que ya lleva tres ediciones desde el 2017. Pero, no sólo eso. Aquella unidad en la escritura, sin fronteras partidarias, ha calado de tal manera en nosotros mismos, que hoy formamos la Mesa de Don Camilo, que es un punto de encuentro fraterno de profesionales curtidos en la realidad que nos ha tocado vivir, desde todos los ángulos imaginables. Todos los días intercambiamos opiniones, noticias, reconocimientos e ideas de futuro. Porque no descansamos, estemos donde estemos.
Davagnino encarna lo mejor que nos ha pasado, porque es capaz de mantenerse en lo suyo original y recorre el país -desde hace 49 años- con Nuestro Canto al hombro, escuchando y difundiendo arte autóctono, tan nuestro, tan ensoñadoramente nuestro. Con Sergio Campos sujetan la bandera de los profesionales del periodismo de verdad, y nosotros les apoyamos con nuestras manos fortalecidas por experiencias vividas frontalmente, con nuestras voces enronquecidas de tanto gritar esas verdades.
Se me ocurre que Miguel Davagnino merece un homenaje mayor, merece las “Mil Guitarras” en la Plaza de la Constitución, merece una emisión de aquella cadena histórica “La Voz de la Patria”, merece el aplauso sincero del pueblo porque es “La Voz del Chile” de hoy, que recuerda al Chile de siempre.