Por Rafael Urriola, Magíster en Economía Pública y Planificación
Esta semana (17.1.2025) el INE dio a conocer los primeros resultados de la segunda encuesta de uso del tiempo en los hogares (ENUT II) lo cual confirma que las mujeres dedican más tiempo que los hombres al trabajo doméstico y al cuidado de otras personas en el hogar.
Esta verificación se ha agravado con el tiempo ya que entre 1990 y 2017 ha aumentado muy significativamente los hogares con jefatura femenina especialmente aquellos llamados hogares nucleares monoparentales, es decir, hogares que se componen solo por la jefatura de hogar e hijas o hijos. Estos alcanzan al 31% del total de hogares de Chile (Tabla 1). Si se examina el total de hogares chilenos el 42% reconoce a una mujer como jefa de hogar (Tabla 2)
Tabla 1. Porcentaje de hogares con una mujer como jefa de hogar según tipo de hogar (monoparental/biparental) respecto al total de hogares de cada año (1990-2017).
Fuente: Mideso Casen 1990- 2017
Los datos censales arrojan más elementos para el examen del trabajo doméstico. En efecto, el Censo 2017 evidenció un aumento de los hogares unipersonales en el tiempo, pasando de 11 puntos porcentuales en 2002 ao 17.8% en 2022. El hogar unipersonal tiene como único integrante a la jefatura del hogar.
De su parte, el hogar nuclear monoparental se refiere a hogares que se componen solo por la jefatura de hogar e hijas o hijos. Los datos de la tabla 2 llaman la atención ya que el 85% de estos hogares son con jefatura femenina. Esto es que las mujeres al separarse asumen casi siempre el cuidado de hijo/as lo cual recarga el tiempo de trabajo doméstico (aun si los ex parejas o maridos ayudaban poco). Cabe destacar que más de un millón de hogares, 19%, está constituido por mujeres solas o mujeres solo con hijo/as y, en consecuencia, en estos casos toda la responsabilidad del trabajo y cuidado recae en mujeres.
El hogar nuclear biparental con hijos o hijas son los hogares cuyos integrantes son la jefatura de hogar y un cónyuge, conviviente de hecho o conviviente por unión civil, y sus hijos o hijas; en cambio, el hogar nuclear biparental sin hijos ni hijas se refiere a hogares cuyos únicos integrantes son la jefatura de hogar y un cónyuge, conviviente de hecho o conviviente por unión civil. Hay la sensación de que en las cohortes jóvenes hay una mayor decisión a compartir el trabajo doméstico. Esto no se extiende al cuidado de personas con dependencia que son atendidas especialmente por mujeres, aunque no de los grupos más jóvenes.
Tabla 2. Tipos de hogares según sexo de la jefatura de hogar. Chile, 2017.
Tipologia de hogares | total | con jefatura masculina | con jefatura femenina | |||
Unipersonal | 1.004.161 | 17,8% | 539.431 | 53,7% | 464.730 | 46,3% |
Nuclear monoparental | 717.732 | 12,7% | 108.412 | 15,1% | 609.320 | 84,9% |
Nuclear biparental sin hijos | 716.248 | 12,7% | 555.986 | 77,6% | 160.262 | 22,4% |
Nuclear biparental con hijos | 1.626.370 | 28,8% | 1.262.598 | 77,6% | 363.772 | 22,4% |
Compuesto* | 142.666 | 2,5% | 79.504 | 55,7% | 63.162 | 44,3% |
Extendido* | 1.073.151 | 19,0% | 585.376 | 54,5% | 487.775 | 45,5% |
Sin núcleo* | 371.309 | 6,6% | 169.112 | 45,5% | 202.197 | 54,5% |
Total | 5.651.637 | 100,0% | 3.300.419 | 58,4% | 2.351.218 | 41,6% |
Fuente: Chile, Censo 2017
*El hogar extendido cuenta con un núcleo e incluye a otros parientes de la jefatura del hogar tales como hermanos, padres o nietos, por ejemplo. El hogar compuesto cuenta con un núcleo y además incluye no parientes de la jefatura del hogar, pudiendo o no integrar otros parientes de la jefatura del hogar. Por último, el hogar sin núcleo no cuenta con un núcleo, perosí lo integran otros parientes o no parientes de la jefatura de hogar
Como sea para verificar si realmente existen cambios culturales que tiendan a equilibrar las tareas no remuneradas en los hogares entre hombres y mujeres será necesario desglosar en la ENUT II las comparaciones por tipo de hogares. Por lo pronto, si las mujeres asumen el cuidado de los hijos ante la separación ya es una discriminación que debiese ser priorizada para reducirla, no solo aumentando los aportes de las pensiones alimenticias por parte de los padres, sino mejorando la infraestructura de apoyo a la atención de niñas y niños.