Durante años el debate político al interior de los partidos fue la regionalización con autoridades elegidas directamente por la ciudadanía. Como una manera de mitigar el centralismo gubernamental y entregar un mayor poder de decisión y autonomía a las regiones. Tal empeño debiera advertirse de manera especial en las competencias electorales locales, es decir municipales y de gobierno regional como las que deben llevarse a cabo en octubre de este año.
La paradoja es que logrado cierto avance en esa materia en años pasados, hoy las directivas de los partidos, de izquierda centro o derecha, empujan una reversa. Y con ello, poco les importa incluso perder elecciones que pueden ganar -esa es la paradoja- y amenazar con perpetuar los delegados presidenciales en vez de fortalecer a los gobernadores regionales, o instalar la cuasi propiedad de los cargos y de la designación de candidatos, y eliminando cualquier disidencia o independencia política. A estas alturas poco queda de la promesa democrática una relación más articulada y cercana entre candidatos y autoridades.
Las razones pueden ser diversas, pero los ejemplos son iguales en todas partes. Si se toma la Encuesta Signos que, junto con una encuesta nacional semanal, ha venido midiendo dos regiones y algunos de sus municipios, la Región Metropolitana y la V Región de Valparaíso, podemos advertir que, en materia regional, los partidos se empeñan en ignorar las opiniones ciudadanas.
En la Región Metropolitana, parece indudable que el incumbente, el Gobernador Claudio Orrego está bien evaluado en la ciudadanía, 54%, que una mayoría del electorado señala que lo ha hecho bien o muy bien y que, ajustes más o ajustes menos de campaña, si fuera apoyado por las fuerzas de centro izquierda no solo resulta competitivo sino que puede ganar perfectamente en segunda vuelta. Es un candidato transversal, con nichos en diferentes ambientes del electorado y con muy poca resistencia, lo que ha quedado demostrado en las menciones que obtiene también en la carrera presidencial.
Pero, algunos cálculos partidarios en el sector que le dio el triunfo, preferentemente su ex partido, el demócrata cristiano, ha levantado objeciones a un apoyo amplio y junto con el PC, serían el peor obstáculo a su reelección. Este es el caso en que la desunión del centro izquierda permitiría el triunfo de la derecha.
Algo similar, pero al revés, ocurre en la V Región de Valparaíso. Allí los guarismos de Signos permiten avizorar una segunda vuelta en la elección de Gobernador, entre el incumbente actual Rodrigo Mundaca y un desafiante de una oposición unida. Mundaca, a diferencia de Orrego, no tienen una evaluación buena mayoritaria, y en prospectiva, se mueve con dificultad sobre el 30% o 35%. Pero mucho de ello depende de quién tenga al frente, siendo el de mejor desempeño lejos Manuel Millones, actualmente independiente (ex UDI). En opinión de la ciudadanía es quien exhibe un conjunto de atributos que lo hacen un candidato muy transversal y de alta potencialidad si su bloque se une en torno a él. Sobre todo, por su conocimiento amplio de la Región, su dedicación a temas nuevos como desarrollo ambiental, temas de género y los de desarrollo local y economía circular y una baja tasa de resistencia. Pero al parecer no llena el gusto del partido Republicano que se empecina en levantar otros candidatos, dividir sus fuerzas para volver a perder.
Entre ambas regiones suman el 50% de un padrón nacional de 15 millones y fracción. Un millón 600 mil la V Región de Valparaíso y casi 6 millones la RM. Es decir, los partidos políticos que todos juntos suman 460 mil inscritos en todo el país, se dan el placer de jugar al azar con la opinión y racionalidad de millones de electores. El mundo de las paradojas.
Lea acá las encuestas
Encuesta Regional Signos 10 de febero 2024 (2) (1)
Encuesta Signos 16 de febrero de 2024