Santiago 2036: ¿Se puede? ¡Sí, se puede!

Por Álvaro Lara, periodista

 

Es absolutamente legítimo pensar y soñar con la realización de los Juegos Olímpicos del año 2036 en Chile.

Porque si bien el Comité Olímpico Internacional (COI) asigna la sede de la máxima cita polideportiva del planeta a una municipalidad, el compromiso es de todo un país, del estado, de sus habitantes, organizaciones e instituciones.

Y el sueño no surge de alguna mente afiebrada o nacionalista, ni del exitismo tras los exitosos Juegos Panamericanos y Parapanamericanos.

Nace de las palabras del mismísimo presidente del COI, Thomas Bach quien con motivo de la inauguración de los Juegos estuvo en Chile el pasado mes de octubre y textualmente dijo: “Mi consejo sería que una vez terminemos estos juegos exitosamente, deben comenzar a colocarse la siguiente meta. Y entre ellas podría estar unos Juegos Olímpicos u otros eventos de este carácter”.

¿Necesitaba el ex esgrimista alemán quedar bien con algo o alguien en su paso por nuestro país? No. Y si no se refería al asunto nadie se lo podría enrostrar ni mucho menos.

Entonces la idea llegó desde lo más alto, desde donde se toman las decisiones de esa magnitud.

Pero es nuestro deber explicar de qué se trata todo esto y “ponerla contra el piso”.

Para empezar, se trata de POSTULAR a ser la sede de los JJ.OO. del año 2036… ¿por qué esos y no otros? Porque ya están asignados los del 2024 (París), 2028 (Los Ángeles) y 2032 (Brisbane) por lo que los primeros que tienen sede vacante son los que se realizarán en 13 años más, lapso de tiempo casi ínfimo al tratarse de empresas de este tipo.

Una postulación no implica grandes inversiones, pero sí el compromiso a realizarlas si acaso se obtiene la anhelada sede. Y ahí las cifras y magnitudes se multiplican -al menos- por cinco respecto de los Panamericanos.

Es decir, los 620 millones de dólares presupuestados para los Panamericanos se elevan a 3 mil millones. La capacidad hotelera debe pensarse en 5 veces la de Santiago 2023. La villa olímpica deberá construirse entera y por completo (la villa panamericana dentro de poco será una población con sus propios habitantes). La locomoción, la alimentación, los recintos, casi todo, deberá pensarse en nuevas dimensiones. Quizá si la única cifra que apenas se duplique será la de los deportistas, que de los casi 7 mil que participaron en octubre y noviembre, pasarían a ser unos 15 mil.

Los recintos deben ser repensados y necesariamente ampliados. Si bien la mayor cantidad de público que asistió a lo de Santiago 2023 fueron escolares en el 2036 sería público proveniente de China, Bielorusia, Portugal, Sudáfrica y un largo etcétera.

Sólo un ejemplo, mínimo y minúsculo: el básquetbol 3×3, jugado en un rincón de un estadio de colonia, debiera pensarse en un gimnasio para unas 3 mil personas… así para empezar no más.

 

¿Los rivales a vencer? Ciudades de Indonesia, México, Turquía y Polonia, por ahora. ¿Plazo? La sede se designará el 2026 o 2027.

 

¿Se puede? ¡Sí, se puede!… sólo que esta vez habría que correr solos y en ningún caso buscar aliados en argentinos, paraguayos ni uruguayos.