El Mercurio siendo El Mercurio

«En verdad, leo poco los diarios a esta altura, pero es impresionante el afán por preferir las malas noticias. Yo no sé como quienes siguen leyendo los diarios El Mercurio, La Tercera, La Segunda queda su corazón, porque en verdad pareciera que vivimos en un país infernal y no estamos en eso», expresó el Presidente Gabriel Boric en el Encuentro Anual de la Industria de Sofofa, 25/10/2023.

Han pasado 3 semanas de esa cita y El Mercurio le dio la razón al Mandatario. La diputada Karol Cariola se quejó el domingo en redes sociales sobre el contenido de una entrevista que divulgó el medio, desmintiendo con el audio (que ella misma grabó) y que el diario reproduce este lunes, donde «lamenta que la edición hecha de la transcripción del audio no haya reflejado adecuadamente el sentido de la respuesta de la diputada».

Este ambiente que generó El Mercurio no era cualquiera. El diario publicó en portada A-1, en la portada del suplemento Reportajes y en la página D-6, versiones distintas, alterando el sentido de una frase e inventando el término «en las calles», sobre lo cual no se disculpa y no hace referencia propia, sino que se cuelga de la denuncia de Cariola en las redes sociales.

A ello se refería el Presidente hace menos de un mes, porque su crítica es al ambiente que generan ciertos medios, que en épocas pretéritas inventaban exterminios entre opositores que nunca existieron, sino que eran asesinados por la DINA y la CNI. El caso de los 119 y el crimen de Tucapel Jiménez y el del carpintero Alegría, son la prueba de aquello.

Luego de la exposición en la Sofofa surgieron las declaraciones de los empresarios del rubro en Chile, en América y en el mundo, endosándole haber vulnerado el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sobre libertad de expresión. También surgieron las opiniones de una gama de periodistas-columnistas que vieron en las declaraciones del Presidente una amenaza a esa libertad.

Un país donde los periodistas no pueden ser criticados, refleja que no es un sociedad sana. Los periodistas siempre debemos estar en el escrutinio público y sacar lecciones es un imperativo que nos debe hacer actuar cada vez con mayor ética.

El caso de El Mercurio, que tiene un verdadero prontuario de conductas anti éticas desde su fundación, no debiera extrañar a nadie. Esta vez tuvo que «lamentar» no haber transcrito las expresiones de una diputada, pero no ha pedido disculpas por haber mentido, que es lo que hizo en el pasado y hoy sigue haciendo.

El Mercurio siendo El Mercurio