El incremento en el nivel del mar generaría estragos en Nueva York, Miami, Hamburgo y Amsterdam, ciudades que conviven con la subida de las mareas, pero pronto -durante este siglo-, el agua del mar podría dejarlas sumergidas.
Una investigación en la revista Nature Communications alerta de la inminente parada de la circulación de corrientes marinas en el Atlántico Norte. Pese a que parece que puede estar muy sobrestimada esta afirmación, los científicos llevan años alertando que podría ser una consecuencia del cambio climático con efectos catastróficos.
La circulación de vuelco meridional del Atlántico (conocida como AMOC, siglas en inglés de Atlantic meridional overturning circulation) es un conjunto de corrientes superficiales y profundas en el océano Atlántico, incluyendo la Corriente del Golfo.
Se caracteriza por un flujo hacia el norte de agua cálida y salada en las capas superiores del Atlántico, y un flujo hacia el sur de aguas más frías y profundas que forman parte de la circulación termohalina.
El flujo superficial hacia el norte transporta una cantidad sustancial de energía térmica desde los trópicos y el hemisferio sur hacia el Atlántico Norte, donde el calor se pierde en la atmósfera. Al ceder su calor, el agua se vuelve más densa y se hunde.
La AMOC ejerce un control importante sobre el nivel del mar del Atlántico Norte, particularmente a lo largo de la costa noreste de Norteamérica. Su debilitamiento excepcional durante el invierno de 2009-2010 produjo una subida del nivel del mar de 13 cm en la costa de Nueva York (que hace recordar el film El Día Después de Mañana, 2004, protagonizada por Dennis Quaid y Jake Gyllenhaal).
El transporte neto de calor hacia el norte en el Atlántico es único entre los océanos del mundo y es responsable del calor relativo del hemisferio norte. AMOC transporta hasta el 25% del calor global atmósfera-océano hacia el norte en ese hemisferio.
Además, es el sumidero de carbono más grande del hemisferio norte. Este hecho tiene implicaciones significativas para la evolución del calentamiento global antropogénico, donde parece haber llegado ya al máximo de absorción por los océanos.
Los autores de la mencionada investigación afirman que según sus modelos, la AMOC podría colapsar a mediados de siglo, o potencialmente en cualquier momento a partir de 2025, presumiblemente debido a las continuas emisiones de gases de efecto invernadero.
Su posible colapso es una gran preocupación y tendría graves impactos en el clima de la región del Atlántico Norte y en todo el mundo. La última vez que se experimentó este tipo de cambio climático abrupto fue durante el último período glacial causado por su colapso.
Esto condujo a fluctuaciones medias de temperatura en el hemisferio norte de 10 a 15 grados centígrados en una década, mucho mayores que los cambios actuales de 1,5 grados en un siglo.
Aunque otros investigadores manifiestan que el calentamiento excepcional de este año viene como consecuencia del fenómeno de El Niño, a la larga podría tener su efecto en la AMOC.
Por lo que debemos seguir intentando mitigar los efectos del cambio climático ya que si estas corrientes parasen, habríamos llegando a un punto de no retorno, con serias amenazas a la población mundial que sería mermada.
Artículo y fotos están basados en la Revista Nature, referida a una publicación del Instituto Geociencias, de la Universidad Complutense de Madrid.