Cuando Eduardo Macaya Zentilli, padre del presidente y senador de la UDI, Javier Macaya, se presentó ante el Juzgado de Garantía de San Fernando, sabía que los cargos por abuso sexual de menores reiterado no eran solo de oídas, relatos fantasiosos de niñas.
Macaya Zentilli, de 71 años, fue detenido luego que una niña de 12 años lo denunciara, ante lo cual la fiscalía de San Fernando comenzó a reunir antecedentes, sobre la base de declaraciones de otras menores denunciantes. Se enteró que tres de cuatro menores eran nietas suyas y, lo que lo mantiene en prisión, de la existencia de videos con los abusos perpetrados, de acuerdo a lo expresado por la fiscal en la audiencia.
La fiscalía pidió allanar la casa y lograr su detención, pero él no se encontraba en su fundo de Santa Cruz. La pregunta es saber ¿de qué videos se trata? Si estos fueron grabados a escondidas o no y por quién. Si los registros fueron hechos por parte de las víctimas o del victimario.
En los días previos al 7 de junio, cuando fue formalizado Eduardo Macaya, se detectó una red de pedófilos, siendo detenidos 95 sujetos que tenían o almacenaban videos con menores. El dato podría estar conectado con el arresto del padre del senador.
En las dos semanas que han transcurrido desde la formalización, la defensa apeló y luego presentó un recurso de protección contra la fiscal de alta complejidad. Ambas acciones fueron rechazadas, principalmente la de apelación, pues para la corte, dada la gravedad del delito y la pena que enfrentaría, Macaya Zentilli podría fugarse si sale de la cárcel con una cautelar menos gravosa. Además, no han cambiado las circunstancias en 17 días desde que se dictó, dijo el Tribunal de alzada.
Los delitos de abuso sexual de menores son delitos de acción pública, es decir, no requieren el concurso de las víctimas (más todavía cuando hay registros), si siguen siendo menores a la fecha de la acción penal. Se tratará de contar con los testimonios, pero la existencia de pruebas documentales, videos, hace que la cárcel sea el lugar donde pase sus últimos días Macaya Zentilli.
Me trae a la memoria el caso de la joven Ámbar, de Villa Alemana, que envió a la cárcel por14 años al abusador sexual de la menor, Manuel García Queirolo, a quien le encontraron por casualidad videos grabados en su teléfono, los cuales fueron prueba suficiente para condenarlo en tiempo récor. La condena fue por 7 años por abuso sexual y 7 años por producción de material pornográfico infantil.
De momento, antes que no haya un fallo a firme, Eduardo Macaya tiene derecho a ser tratado como inocente, más allá de toda duda razonable, aunque el término jurídico parezca un contrasentido.