Por Miguel Ángel San Martín.
En este Primero de Mayo de 2023, los trabajadores de todo el mundo recordarán con marchas reivindicativas a los Mártires de Chicago, que en 1886 iniciaron una huelga en aquella ciudad norteamericana, con un final trágico.
Dicha movilización de trabajadores se inició, justamente, el Primero de Mayo de 1886, exigiendo una disminución de las 18 horas de trabajo a que estaban obligados por ley. El 4 de mayo, en la Plaza de Haymarket, en el centro laboral de Chicago, las manifestaciones alcanzaron su punto más álgido. Pero, un artefacto explosivo estalló provocando pánico y lesiones diversas en muchos manifestantes. Hubo varias detenciones, entre los cuales figuraban 8 dirigentes, a quienes se les culpó del atentado. De ellos, cinco fueron a prisión y los otros tres fueron condenados a la pena de muerte. Ellos son identificados como “Los mártires de Chicago”.
En el Congreso Obrero de la Segunda Internacional Socialista, celebrado en Paris en 1889, se declaró el Primero de Mayo como el día oficial de conmemoración de las luchas reivindicativas de los trabajadores y de recuerdo a los “Mártires de Chicago”.
Entonces, el Primero de Mayo es reconocido como una verdadera conmemoración de las luchas obreras y campesinas desarrolladas en todo el mundo y como una fiesta por las conquistas obtenidas. Las manifestaciones reivindicativas han alcanzado un dinamismo imparable y continúan cada año buscando las soluciones a los diversos problemas locales que enfrentan los trabajadores en los diversos países.
En Chile, esta fecha conmemorativa fue declarada oficialmente a comienzos de la década de 1930, o sea 42 años más tarde. Sin embargo, mucho antes se produjeron hechos tan importantes y significativos como una huelga portuaria efectuada en 1903, la huelga de la carne en 1905 y, la más dramática, que se registró en Iquique el 21 de diciembre de 1907, donde el Ejército mató a unas 3 mil personas que se encontraban en la Escuela Santa María de Iquique. El Gobierno de Pedro Montt, de la época, reconoció la muerte de sólo 126 personas.
Estas acciones demostrativas de poder y unidad de la clase trabajadora chilena, vino a provocar un impulso cuantitativo y cualitativo de las organizaciones sindicales. Y, más adelante, con la incorporación de la Federación de Estudiantes de Chile y de las organizaciones campesinas, los trabajadores significaron un avance muy importante en la conquista de derechos, además de remuneraciones más justas. Al mismo tiempo, la clase trabajadora organizada fue alcanzando una presencia muy significativa en la política contingente nacional.
Entre las últimas conquistas alcanzadas en Chile, están la recientemente aprobada Ley que reduce de 45 a 40 horas semanales, dejando a los trabajadores chilenos, junto a los de Ecuador, como los de la jornada más corta de América Latina. Y, por otra parte, en cuanto al aumento del salario mínimo, el Gobierno negoció con la Central Unitaria de Trabajadores para que el sueldo mínimo fuera de 500 mil pesos mensuales, pero en tres aumentos graduales, debido a la inflación que afecta a todo el mundo y que en Chile superó el 7% durante al año 2022. Por lo tanto, ese sueldo mínimo hoy es de 410.000 pesos. El segundo aumento se otorgará en el último trimestre de este año, hasta llegar a los 500 mil pesos a mediados del año siguiente, con un apoyo estatal a las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES).
Este Primero de Mayo, en consecuencia, encuentra a los trabajadores chilenos en una buena línea de progreso en cuanto a sus reivindicaciones. Sin embargo, la situación política general que vive el país también afecta –y mucho- al mundo del trabajo. Hay una severa inestabilidad política, puesto que las demandas de los ciudadanos, expresadas en el llamado “Estallido Social” de octubre de 2019, aún no son solucionadas y tienen mucho que ver con el bienestar social de todos, sin excepciones.
En consecuencia, Chile vive en estos momentos una profunda crisis política y social. Crisis que surge del mantenimiento de un sistema, fundamentalmente económico, ya caduco y excluyente, donde se han desarrollado las corrupciones vergonzantes, los abusos reiterados, las inequidades que ofenden, las injusticias insoportables. Y, además, la población chilena se debate en un ambiente tóxico de mentiras y de construcción de realidades ficticias, con engaños masivos fríamente planificados.
Por todo esto, este Primero de Mayo será un día no sólo para recordar a los Mártires de Chicago, sino también para emular las luchas de muchas décadas en busca de la dignidad que los ciudadanos reclaman y merecen. Acción que se repetirá en muchas naciones, que también tienen esperanzas de alcanzar un mundo mejor.