La crisis del transporte público en Valparaíso

Ingeniero civil industrial UTFSM

Hace 20 años los micreros transportistas amenazaron al gobierno del expresidente Ricardo Lagos con un paro si no ponía restricción a los trolebuses (un absurdo por donde se le mirase), restricción que a ellos se les exigía, que estaban en el apogeo de desorden y saturación de avenida Pedro Montt. La autoridad habló entonces con don Pedro Massai, a la fecha propietario de los Troles, máquinas que se transformarían bajo su gestión en patrimonio de la ciudad puerto. «No se haga problema», respondió don Pedro. «Tengo 30 máquinas y solo utilizo 20, así es que seguiré con la frecuencia y el servicio», enfatizó.
Los años pasaron, los troles siguen vivos, pero -por ejemplo-, la presión de los micreros no les deja volver a Viña del Mar. Es más, por la misma presión fueron arrinconados por décadas sin transitar por Pedro Montt en Valparaíso, debiendo circular solo por Independencia.
Hoy el sistema hizo crisis. Las micros no están cumpliendo horarios y los «empresarios» culpan a la falta de choferes. Lo cierto es que se han transformado en un cartel, gente que se siente dueña de la ciudad y de los usuarios, a los que maltratan a diario y exponen sus vidas «volando» por Libertad, Álvarez, Avenida España o Errázuriz. Nunca he visto a carabineros empadronándolos ni menos multándolos por ello, puede que me equivoque, sería bueno saber cuántas boletas cursa la policía por exceso de velocidad a este «servicio».
Estos grupos han dilatado año tras año la licitación de transporte público en la región, que debía hacerse el año 2015 y ahora se estima para el 2025.
Al debate entraron autoridades regionales y juntas de vecinos que están presionando para un cambio radical en el transporte público, que sea estatal. Sabemos que esa fórmula requiere ajustes. En Santiago la evasión del pago del pasaje el segundo semestre del año pasado llegó al 40%.
Se estima que hay 2.100 buses circulando en el Gran Valparaíso (hasta Concón y Villa Alemana), con 10 operadores, empresas que suponían un orden más que el meramente formal, con uniformes y contratos para los choferes y personal administrativo. Lo cierto es que se les olvidó lo más importante, los usuarios. Apenas se oscurece desaparecen y la gente queda sin servicio. Entonces hay que implementar un servicio nocturno, estatal, porque donde los privados no se interesan es deber del Estado cumplir con la tarea.

Acerca de Aland Tapia San Cristóbal 13 Articles
Ex Seremi de Economía, Región de Valparaíso.