EDITORIAL: Lesa humanidad

Después de Augusto Pinochet, Sebastián Piñera se convierte en el segundo gobernante imputado en una investigación por crímenes de lesa humanidad. Aunque el dictador fue encargado reo por el sistema procesal antiguo, Piñera está a un paso de ser formalizado por la fiscal Ximena Chong, quien además investiga a los ministros del Interior, Andrés Chawick, Gonzalo Blumel y a los subsecretarios Rodrigo Ubilla y Juan Francisco Galli. Todos ellos tuvieron a su cargo la seguridad del país durante el estallido social.

Chadwick ya declaró y seguramente Piñera será el último del quinteto en sentarse frente a la fiscal. Podría acogerse al derecho a guardar silencio, pero ello no invalidaría la decisión que adopte Ximena Chong. En el sistema procesal penal vigente desde el año 2000, la imputación no es sinónimo de culpabilidad, ni tampoco la formalización de la investigación.

Este caso se origina en una serie de querellas presentadas por organismos de derechos humanos y otra por el ex senador Alejandro Navarro, todas las cuales se enmarcan en el estallido social, entre el 18 de octubre del 2019 y marzo del año 2020.

Se pretende que los imputados declaren sobre el entonces Director de Orden y Seguridad de la policía uniformada y hoy general Director de Carabineros, Ricardo Yáñez, quien se acogió a su derecho a guardar silencio el lunes de esta semana. Sebastián Piñera ya ha declarado en esta causa, pero lo ha hecho como testigo. Ahora lo hará como imputado.

Este hecho transforma el escenario político, si es que el ministerio público resuelve formalizar al Director Yáñez o, ni que pensarlo, al mismo expresidente Piñera o algunos de sus ex ministros o subsecretarios del interior.

“Para estar frente a delitos de lesa humanidad debe concurrir (…) el contexto de lesa humanidad, y ese contexto supone la existencia de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil, ataque que responda a una política de Estado o de sus agentes”, ha dicho la fiscalía en el proceso.

De este modo la fiscal Ximena Chong va detrás del general Director de Carabineros y su indagatoria busca establecer hacia arriba la responsabilidad del mando. Entonces era Mario Rozas, quien no ha podido ser interrogado. Este es el eslabón perdido, la bisagra para alcanzar a Yáñez o para formalizar a Ubilla, Galli, Blumel o Chadwick. Llegar hasta Piñera, es decir suponer que diera órdenes directas a carabineros, es muy difícil de probar y también inverosímil que él haya dado órdenes de reprimir, por ejemplo, cegando total o parcialmente a cientos de personas.

En los próximos 7 días la fiscalía habrá interrogado a las ex autoridades y a mitad de abril podría dar Piñera su testimonio. Casi cuatro años después del estallido parece mucho tiempo, pero el resultado de esta investigación está por verse.