El superávit fiscal de Chile alcanzó en 12 meses 1,1%, el mejor resultado desde 2011 como resultado de la política de austeridad impulsada por Hacienda que significó el retiro de ayudas estatales como donaciones y subsidios tales como el IFE Universal que entregó durante la pandemia el gobierno de Sebastián Piñera. Y a ello se suma el buen precio en los mercados internacionales del cobre y el litio.
El resultado quedó graficado en el informe de Ejecución Fiscal emitido en diciembre de 2022. Éste da cuenta también de que el gasto público se contrajo un 23,1%. Asimismo, da cuenta de una disminución interanual del gasto presupuestario de -23,8% y el gasto extrapresupuestario con una merma de 34,8%.
Se detalló una caída anual de la inversión (-18,0% real). Sin embargo, esto fue compensado por el alza de las transferencias de capital (31,3% real) a los Gobiernos Regionales, ya que anteriormente ese ítem iba a inversión, según detalló el informe de la Dirección de Presupuestos.
Las entradas del Gobierno Central Total tuvieron un crecimiento real de 6,3% respecto al mismo período de 2021, en parte por mayor tributación y por rentas de la propiedad que ascendieron 503% ($3.641.665 millones).
También destaca la mayor recaudación de Corfo por contratos de explotación de litio con SQM y Albermarle, más un alza de 23,7% de la tributación de la gran minería privada (GMP10), por lo que los Ingresos Tributarios Netos crecieron 9,6% en un año.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, valoró las cifras y aseguró que “si en 2022 tuvimos una serie de factores que nos permitieron mejorar por una vez los ingresos fiscales, tenemos que ser realistas respecto de 2023”.
“Una vez que desaparecen esos efectos, tenemos que fijar metas fiscales que sean alcanzables. Ya teníamos definida una trayectoria año a año, desde abril del año pasado, cuya trayectoria para 2023 mejora, aunque no signifique un cambio de signo a cifras de superávit fiscal”, indicó.
En esa línea, el secretario de Estado dijo que “tenemos que ser responsables en relación a qué es lo que es posible alcanzar y lo que no, pero va a ser de todas maneras un año de consolidación fiscal en el sentido de que después de los grandes desequilibrios que tuvimos en 2020 y 2021, vamos a tener durante todos estos años una trayectoria que va a ir convergiendo a un balance cercano a cero al final de este período presidencial”.
En tanto, la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, sostuvo que desde el Ejecutivo están comprometidos con la responsabilidad fiscal, ya que “pusimos bastante énfasis durante todo el año para lograr una consolidación del gasto fiscal, lo que se observa principalmente en la disminución del gasto corriente, liderado por la contracción de subsidios y donaciones, asociado al IFE Universal”.