El régimen iraní golpeó nuevamente a los manifestantes que desde hace días protestan por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, luego de su arresto por parte de la policía moral por no usar correctamente el velo islámco.
Esta vez la víctima fue Hadith Najafi, una joven símbolo de las marchas de protesta. Ella fue asesinada en Karaj, según varias denuncias aparecidas en las redes sociales y, en particular, de la periodista iraní Masjh Alinejad, que en su perfil de Twitter reveló que «tenía solo 20 años y fue muerta con seis proyectiles en la ciudad de Karaj».
Hadith se volvió viral en un video donde se le ve de espaldas, sin velo, atando su rubia cabellera antes de una manifestación.
Su asesinato no hizo más que engrosar el balance de víctimas de la represión de las protestas: 41 muertos, entre ellos manifestantes y fuerzas del orden, según el régimen, 54 para la ONG Iran Human Rights, que tiene su sede en Oslo.
La represión tomó también forma en arrestos, más de 700, mientras son 1.200 las personas identificadas, reporta la agencia semioficial Tasmin. Esposados terminaron además periodistas: según el Comité para la protección de periodistas (CPJ), al menos 17 fueron detenidos desde el inicio de los movimientos de protesta.
Una situación de alerta que el régimen teocrático pretende contener. Por esto, el jefe del poder judicial iraní subrayó que «la urgencia de una respuesta que sea decisiva y sin indulgencia» contra los instigadores de los «desórdenes».
Un pedido en línea con lo anunciado después de nueve días de manifestaciones, incluso por el presidente ultraconservador, Ebrahim Raisi, que solicitó a las fuerzas del orden actuar «con firmeza» contra los manifestantes, incitados, a su entender, por los occidentales.
Y ello lo explica la decisión de la cancillería de Teherán que convocó a los embajadores del Reino Unido y Noruega para denunciar las «injerencias» por parte de estos países en los asuntos internos de la República islámica.
Las autoridades esperan asimismo que limitando el acceso a Internet se consiga controlar o prevenir las acciones de los manifestantes en revuelta contra décadas de opresión.
Solidaridad con los jóvenes iraníes llegó desde Europa -con el Alto representante UE, Josep Borrell, que condenó «el uso difundido y desproporcionado de la fuerza contra los manifestantes no violentos» definiéndolo como «injustificable e inaceptable»- y aún de Estados Unidos.
Último en orden de tiempo, el consejero nacional para la Casa Blanca, Jake Sullivan, que a la NBC News dijo que Estados Unidos «está junto a los iraníes que piden un futuro mejor».
Cercanía con los rebeldes también en las principales plazas mundiales, de Canadá a Estados Unidos, de Chile a Europa. Una empatía que se expresa, sobre todo, en los símbolos, como el canto en persa de «Bella Ciao», entonado por una joven iraní y convertido en viral en las redes sociales.
Inicialmente compartido por la cuenta @Gandom_Sa007, en el video aparece una muchacha que interpreta la canción partisana convertida en un símbolo universal de resistencia en todo el mundo.
*Con información de ansaLatina.com
