Fue, de acuerdo a la Policía de Investigaciones, una detención limpia. Y es que Héctor Llaitul, el líder de la Coordinadora Arauco Malleco, que con sus declaraciones en las que ha justificado el uso de armas, reivindicado varios ataques en la macrozona sur y puesto de cabeza al Gobierno, forzándolo a ampliar las querellas por Ley de Seguridad del Estado en su contra, fue sorprendido el miércoles último almorzando en un resturante de Cañete y aprehendido sin poner resistencia alguna.
Según versiones de testigos que circulan en redes sociales, el trato con los efectivos de la PDI que procedieron a arrestarlo rayó en la cordialidad, al punto que después de notificarle que debían llevarlo detenido por una denuncia en su contra interpuesta en 2020, los detectives habrían aceptado que terminara de tomar su café para luego subirlo esposado al helicóptero que lo trasladó a un cuartel institucional en Temuco, donde permanecía a la espera de su formalización este jueves ante el Juzgado de Garantía de la ciudad.
Todo un contraste con el mega operativo antidrogas que realizó a principios de 2021 la PDI en Temucuicui, en el que participaron cerca de 700 efectivos, uno de los cuales murió víctima de disparos de supuestos comuneros, o con la frustrada entrevista al propio Llaitul que intentó realizar el periodista de TVN Iván Núñez, cuya camioneta fue víctima de una emboscada en la que su camarógrafo resultó gravemente herido y perdió la visión de uno de sus ojos. Y sin ir más lejos, la fallida visita de Izkia Siches a Temucuicui, cuya comitiva debió devolverse al encontrarse con un corte de camino acompañado de una balacera, sólo tres días después de asumir como ministra del Interior del Gobierno del Presidente Gabriel Boric.
En cambio, la diligencia de este miércoles se llevó a cabo con absoluta calma y sin contratiempos. Llaitul en ningún caso estaba escondido ni tampoco escoltado. Y simultáneamente, en el Palacio de La Moneda -otra curiosidad- se realizaba una reunión convocada por la ministra Siches con representantes de todas las fuerzas políticas -todas, desde el PC y el Frente Amplio hasta el Partido Republicano- para abordar las medidas de seguridad que se adoptarán durante el plebiscito del 4 de septiembre. Una conveniente coincidencia que permitió informarles a todos que el líder de la CAM estaba detenido y para dejar claro, como lo hizo la titular de Interior minutos más tarde en un punto de prensa, que en Chile «nadie está por sobre la ley».
El arresto se Llaitul se produce también en medio de la polémica por los dos comuneros que permanecían recluidos en la Cárcel de Angol y que fueron trasladados al Centro de Educación y Trabajo (CET) de la misma comuna. Fue gracias a un acuerdo con Gendarmería que permitió poner fin a un huelga de hambre de 29 días por parte de un grupo de 19 internos mapuche que exigían que se les aplicara el convenio 169 de la OIT para acceder a condiciones distintas en su calidad de miembros de un pueblo originario. El traslado se realizó el 17 de agosto con un matiz: el alcaide de la cárcel de Angol, que autorizó el cambio, se encontraba en ese momento bajo amenaza de muerte.
Está por verse este jueves durante la audiencia de formalización si el procedimiento que permitió la detención del jefe de la CAM estuvo ajustado a Derecho, y si las pruebas para imputarle los delitos de robo de madera, usurpación y atentado contra la autoridad, contenidos en las querellas que enfrenta, son lo suficientemente contundentes para que el tribunal decrete su prisión preventiva.