Un inglés en el cine norteamericano

comentario de cine

Estuve silente y achacada. Un lector me preguntó por qué  yo escribía sobre cine viejo y no sobre algo más actual. Luego de reflexionar un poco –no mucho- concluí que su observación exigía una aclaración sobre lo que voy haciendo en estas páginas.

Creo que lo advertí antes. Eliminó (de manera figurativa el tiempo) y como industria cultural es (no siempre) arte de masas y no de élites. Y entonces, periodizándolo a partir del cine sonoro, hay un punto medio temporal que me interesa destacar, que va desde fines de la década de los 30 hasta la de los 80, que pone luces sobre esa industria. La que junto con la aviación, implica el mayor cambio cultural del siglo XX, como ocio y recreación, sin límites de tiempo y distancias.

Se realiza tanto con el ingenio de un guionista o los artificios de efectos especiales, como los contextos, actuaciones, música y otros, apilados en una producción y dialéctica colectivas por la mano de un director, para que la vea mucha gente. ¿Qué más democrático? Los mercados y la publicidad, son del ámbito de la economía, algo muy importante, pero lo mío son las películas y sus hitos históricos que le dieron fundamento al arte de masas. Dicho lo cual paso a John Schlesinger.

Uno de los más interesantes directores del llamado Free Cinema inglés, de quien esta vez recomiendo tres películas: «Darling» (1965 y 3 Oscar), «Cowboy de Medianoche» (1969 y 3 Oscar) y «El Día de la Langosta» (1975).

Excepcional observador de la realidad y el paisaje de caracteres que pueblan los escenarios, tuvo un ojo particularmente agudo sobre la sociedad norteamericana. La historia de dos desadaptados y marginales personajes en «Midnight Cowboy» permite lecturas cruzadas de solidaridad, abandono y soledad. Un cowboy viaja a Nueva York a triunfar en el comercio sexual (Jon Voight) y un vagabundo y ladronzuelo lo engaña y le roba (Dustin Hoffman). Cuando se encuentran de nuevo luego de una riña, traban amistad, y en la búsqueda de supervivencia y sueños, emprenden un largo viaje de miserias desde Nueva York a Miami. Cuando apareció, fue calificada X por la censura, lo que no le impidió vencer tres premios Oscar el año siguiente. En 1994, la película fue catalogada “como cultural, histórica y estéticamente significativa por la Biblioteca del Congreso Norteamericano”, y seleccionada para su preservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos.

«El Día de la Langosta», también en la escenografía, no tuvo el éxito de la anterior. A mi juicio se debe a que es de muchas maneras una ácida crítica al cine hollywoodense de la época y a que el director era inglés. Con un soberbio Donald Sutherland y Karen Black, tuvo a Burguess Merediht candidato a Oscar como actor de reparto, pero sin ganarlo.

«Darling», inglesa de 1965, fue la segunda película de Schlesinger, y es tal vez una de las mayores creaciones en el free cinema inglés. Es una mirada crítica al Londres urbano, dominado por el inicio de la cultura pop, vacía y superficial, muy parecida a la actual. Julie Christi y Dirk Bogarde, también insuperables.

Todo es el reflejo de la versatilidad de John Schlesinger, desde el pop al realismo social o la crítica cultural de la capital del Cine. Pero tiene mucho más. Hay que descubrirlo.