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Se trata de el despliegue más grande de fuerzas militares en la zona desde 1995. La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, aseguró que su país no cederá y que «apoyaremos firmemente la soberanía de nuestra nación y continuaremos defendiendo la democracia».
Una serie de ejercicios militares, que en la práctica constituyen un verdadero bloqueo aeronaval a Taiwán, está desplegando China en respuesta a la visita que hizo a la isla la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
Se trata de maniobras que se realizarán desde el viernes al domingo próximo en el marco de un plan «dirigido» y que abarcará seis grandes áreas de exclusión.
«Tal acto cubre territorios terrestres y acuáticos de nuestro país y viola gravemente nuestra soberanía territorial», alertó desde el Ministerio de Defensa taiwanés el capitán Jian-chang Yu.
Los ejercicios chinos, que incluirán operaciones navales, aéreas y de lanzamiento de misiles y artillería de largo alcance, serán los más grandes desde 1995, cuando Pekín realizó actividades a gran escala a raíz de la irritación que causó la visita del entonces presidente taiwanés, Lee Teng-hui, a Estados Unidos.
Al año siguiente, China lanzó misiles en paralelo a las elecciones presidenciales taiwanesas, acción que fue interpretada como un ejercicio intimidatorio.
Además de estas acciones, se espera quye Pekín incremente sus presiones en las próximas semanas. Por lo pronto ya suspendió la exportación de gas natural a Taiwán.
Son medidas que tienen inmediata repercusión en mercados como el de la tecnología, ya que en Taiwán opera el mayor fabricante mundial de microchips TSMC.
La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, respondió con firmeza a la intimidación de China, afirmando, durante una actividad junto a Nancy Pelosi, que «ante las amenazas militares intensificadas, Taiwán no retrocederá. Apoyaremos firmemente la soberanía de nuestra nación y continuaremos defendiendo la democracia».
Nancy Pelosi y la delegación del Congreso que la acompañaba, abandonó la isla autónoma alrededor de las 18:30 horas local del miércoles desde el aeropuerto Songshan de Taiwán, poniendo fin así a una visita calificada de alto riesgo y de consecuencias aún no resueltas.
Ella había llegado a la capital Taipeu el martes por la noche, en lo que fue la primera visita a Taiwán de un presidente de la Cámara de Representantes estadounidense en funciones, en los últimos 25 años.
